La ministra Teresa Ribera ha alertado que si en el acuerdo COP27 se rebaja la ambición de mantener por debajo de 1,5ºC el incremento global de la temperatura, entre otras medidas, «Europa no estaría dispuesta» a apoyarlo
La ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico del Gobierno de España, Teresa Ribera, ha avisado de que Europa «no está dispuesta» a participar en el acuerdo de la COP27, que se celebra en Sharm-El Sheikh (Egipto).
En este sentido, la UE no apoyaría dicho acuerdo si se rebaja la ambición de mantener por debajo de 1,5ºC el incremento global de temperatura y si los esfuerzos tanto en mitigación como en financiación de daños a los más vulnerables no proceden de «todos» los grandes emisores, ha dicho Ribera en una clara alusión a los países asiáticos.
En declaraciones a los medios de comunicación este sábado por la mañana, dentro de la COP27 de Egipto que debía haber terminado el viernes y que afronta su primer día de prórroga, Ribera ha garantizado que los europeos están dispuestos a «seguir trabajando» para buscar el modo de garantizar el cumplimiento de sus compromisos internacionales y de solidaridad.
Así, aunque asegura que en las Cumbres del Clima «nunca» se ha dado un paso atrás, a lo que no está dispuesta la UE es a que haya «otros grandes emisores de otras partes del mundo» que consideran que este asunto no les concierne o que haya quien piense que todo este sistema en torno a la lucha contra el cambio climático consista exclusivamente en aportar recursos financieros y no en aportar «lo que de verdad importa».
Para Ribera, lo importante radica en «una transformación muy importante del modelo económico, una reducción muy sustantiva de las emisiones que permita mantener la seguridad climática y una descarbonización lo más rápidamente posible».
Ribera: «La mayor solidaridad tiene que ver con el riesgo climático»
La ministra insiste en que es «fundamental» fortalecer la solidaridad y los mecanismos de apoyo a los países más vulnerables, pero ha destacado que «la mayor solidaridad» tiene que ver con el nivel de riesgo climático: es decir, «mantener viva la posibilidad de no incrementar la temperatura por encima de 1,5ºC».
En ese sentido, ha reiterado que la primera medida para poder responder a las pérdidas y daños más dramáticos de los países sigue siendo asegurar que es posible que la temperatura no crezca por encima de 1,5ºC.
Por ello, ha advertido de que si las decisiones que se proponen en esta conferencia son frenar estos incrementos de ambición y las contribuciones a las que «todo el mundo» debe aportar para hacerlo viable, «Europa no va a participar en ese resultado».
Referencia a los países más contaminantes
Ribera aclaraba así a quien se refería, que no es a los más vulnerables, de los que ha dicho que «siempre han luchado mucho, con Europa» para mantener el espíritu del 1,5ºC, sino a los países en desarrollo de renta más alta. Estos contribuyen «mucho» por tamaño de economía o tipo de actividad a las emisiones globales y «se resisten a incrementar su participación» en el objetivo de reducción de emisiones o incluso a aportar en esos fondos de solidaridad.
De ese modo, ha insistido en que en esta acción global «cada uno» tiene que contribuir con arreglo a su capacidad.
En ese sentido, ha expuesto que la capacidad de los países en el año 2022 no coincide con la capacidad de los países en el año 1992, igual que la aportación de cada país a las emisiones globales de CO2 difiere de las aportaciones de estos en 1992. «No sirve el lenguaje o la agrupación de países en esta convención en torno a la foto de 1992», ha denunciado.
Mecanismos de financiación en el acuerdo COP27
Respecto a los mecanismos de financiación de pérdidas y daños a los países en desarrollo, Ribera ha asegurado que Europa quiere aumentar de forma «muy radical» los medios disponibles para hacer frente a esa situación.
Sin embargo, ha reiterado que «cuanto más grave sea la situación más difícil será abordar incluso con los recursos disponibles los daños que genera el cambio climático», de ahí que haya incidido en la importancia de reafirmar el objetivo de 1,5ºC.
El escollo, según la ministra, está en que la UE quiere trabajar en un «mosaico de herramientas» como facilitar sistemas de alerta temprana, construcción o reconstrucción de infraestructuras en esos países y reacción inmediata a grandes catástrofes con «distintas herramientas que hoy existen» a nivel internacional pero que requieren de más recursos.
«La combinación de todas ellas permite acertar de una manera más clara y eficaz con las respuesta a las necesidades que se puedan determinar», ha valorado Ribera, que por eso explica que la respuesta de Europa era crear «un nuevo fondo para pérdidas y daños pero que se concentre especialmente en los países más vulnerables».
Ese mecanismo, para la UE, debe incluir aportaciones «no solo procedentes de los presupuestos de los países más industrializados sino que contara con un incremento de los actores que contribuyen, ya sean públicos o privados».
Punto de mira en ayudar a los países más vulnerables
En definitiva, lo que según ha indicado no quiere la UE es que se cree un nuevo fondo en el que se «diluya el esfuerzo en favor de los más vulnerables» y se establezca un nuevo mecanismo «exactamente igual que otros muchos que ya existen» para «el conjunto» de países en desarrollo.
«Creemos que debe estar concentrado solamente en los países más vulnerables», ha apostillado Ribera, lo que supone una nueva alusión a las potencias emergentes.
Por último, ha valorado que si lo que sale de la COP27 es «algo que no aporta ninguna especificidad» sobre que el esfuerzo debe centrarse en los más vulnerables, «entonces deja de estar claro que merezca la pena hacer ese esfuerzo de financiación».
«Tenemos hoy unas horas por delante que son críticas», ha urgido Ribera, que espera que la Presidencia logre el consenso entre todos los grupos y acerque posturas a través de una propuesta «más equilibrada».
Finalmente, ha recordado que el propósito del proceso climático multilateral es descarbonizar la economía y garantizar la seguridad climática. «No podemos retroceder en lo que ya se incluyó en los acuerdos de Glasgow el año pasado (1,5ºC). Es imprescindible mantener ese compromiso con la reducción y la eliminación de los combustibles fósiles», ha sentenciado.