En esta época del año, las pirotecnias suponen un sufrimiento tanto para personas con dificultades cognitivas como para los animales
Las fechas navideñas también incluyen celebraciones donde es frecuente escuchar pirotecnias. Sin embargo, no todo las personas son capaces de sobrellevar los voladores y los petardos. Iluminan el cielo, pero algunos como los mayores, los niños y los animales, sufren las consecuencias de sus fuertes ruidos con la llegada del fin de año.
Las consecuencias de los petardos en las personas con dificultades cognitivas son negativas. Según los expertos, el sobresalto les puede llevar a un estado de incertidumbre al no saber si el sonido responde a un estilo peligroso o no y, acto seguido, se dispara el miedo.
Para tratar de hacer frente a esta situación, es importante encontrar la manera de explicar previamente en qué consiste el sonido, tanto a través de dibujos, como por medio de historias y cuentos. De este modo, comenzarán los más pequeños comprender o a visualizar cuál es el origen de los estímulos.
Por otro lado, para controlar el sonido de la pirotecnia que sufren los animales, es muy común encontrar campañas de conciencia inundando las redes sociales. Lo habitual en las mascotas es que el miedo a los voladores les provoque temblor, y traten de encontrar un escondrijo donde escapar del ruido.
Ante estas situaciones, los expertos recomiendan arroparlos y hacerlos sentir que están protegidos y, en casos extremos, recurrir a medicamentos para disminuir los nervios.
En estas épocas del año, los partidos animalistas trabajan por reunir firmas y conseguir un uso responsable de la pirotecnia.