Israel denuncia nuevos lanzamientos de cohetes desde el sur de Líbano

Los nuevos lanzamientos de cohetes en Israel dejan hasta el momento dos heridos y destrozos en la ciudad de Shlomi

Fuente del vídeo: AIL

Las autoridades de Israel han denunciado este jueves nuevos lanzamientos de cohetes desde el sur de Líbano, dejando, por el momento, dos heridos y destrozos en una carretera y varios edificios en la ciudad de Shlomi.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han informado de que uno de los cohetes ha podido ser interceptado por los sistemas de defensa aéreos, mientras continúan sonando de manera intermitente las sirenas en Galilea y en el norte de Israel.

Este enésimo episodio de hostilidades se da después de que Israel bombardeara instalaciones del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) en la Franja de Gaza en respuesta al lanzamientos de cohetes por parte de los palestinos, todo ello en medio de las tensiones por las disputas alrededor de la mezquita de Al Aqsa, situada en la Explanada de las Mezquitas.

Horas antes de que Israel informara de estos ataques, el partido-milicia chií libanés Hezbolá ha denunciado en un comunicado el asalto llevado a cabo por las fuerzas de seguridad israelíes en la noche del martes en dicha mezquita, situada en Jerusalén, cuando decenas de fieles se encontraban celebrando el mes de Ramadán.

Israel denuncia nuevos lanzamientos de cohetes desde el sur de Líbano
Imagen de archivo de Gaza. Fuente: Europa Press

«Hezbolá proclama su total solidaridad con el pueblo palestino y los grupos de resistencia, y se compromete a apoyarlos en todas las medidas que tomen para proteger a los fieles y la mezquita de Al Aqsa y disuadir al enemigo de continuar con sus ataques», ha dicho el grupo en un comunicado, que recoge ‘Times of Israel’.

Un repunte de hostilidades común

Este tipo de repunte de las hostilidades suele ser común durante esta época del año, pues coincide la festividad del Ramadán con la Pascua judía. La Explanada de las Mezquitas es el corazón religioso de Jerusalén Este y se trata de un lugar venerado tanto por judíos como por musulmanes.

Según el ‘statu quo’ administrado por Jordania como parte de los acuerdos de paz de la Guerra de los Seis Días (1967), los judíos no pueden rezar en el lugar y solo pueden acudir en horarios predeterminados y recorrerlo a través de una ruta fijada, acompañados por policías que deben vigilar que los fieles no recen o que introduzcan banderas israelíes u objetos religiosos.

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