La gente es muy, muy, muy ingeniosa. Hay que reconocerlo. Una especie con mucho talento. Sobre todo, para tomarnos las cosas con humor. Y somos personas muy generosas. Todo lo damos y todo lo compartimos. Y de ahí nació WhatsApp. Alguien vio el negocio y dijo “¡Aquí tengo el futuro garantizado!”.
En la primera semana de confinamiento, el uso de esta aplicación móvil había subido un 700 por ciento. Y a mí no me extraña. ¿En cuántos grupos de WhatsApp están? Yo les hago un recuento rápido, así de memoria: uno de la familia; otro de la familia, sólo con los jóvenes; otro sólo para los primos; hermanos, tíos, sobrinos… Sólo de la familia. ¿Seguimos con los de amigos, compañeros de trabajo o grupo de pilates? ¿Pero qué nos está pasando? ¿Ahora hemos creado grupos de los grupos para enviarnos cosas entre nosotros y que se viralicen antes? ¿Cuántos memes del virus de la corona les han llegado? ¿Y cuántas versiones de ‘Resistiré’?
Aunque, la verdad sea dicha, prefiero este tipo de grupos a los que te cuentan cómo va evolucionando la enfermedad en tiempo real. ¡En tiempo real! Y te lo sueltan así, sin más. ¡Si casi conocen mejor los datos que cualquier gobierno! ¿Pero de dónde los sacan? ¿Y qué me dicen de los bulos? ¿Cómo se pueden crear tantos bulos por segundo? ¡Si se tarda más en desmentirlos que en difundirlos a todos los contactos! Y los difunden sin pensarlo, ahí, sin más. ¡Hala, alegría para el WhatsApp!
La última novedad, el top de los tops, para estar a la última (sí, también hay modas en tiempos del Coronavirus), es lanzar retos. Es muy sencillo de explicar. Les cuento. Recibes un vídeo por WhatsApp (sí, otro más, de entre los 200 o 300 que llegan por minuto en hora punta) y, al abrirlo, ves en la pantalla de la cara de alguien conocido. En un principio, nada sospechoso. Pero, aquí viene lo peor. Tras el “¡Hola, cuñada!”, ya sabes que no tenías que haberlo visto. ¿Desde cuando tu cuñada te manda vídeos amables? ¡Si no estamos en Navidad! Tenía que haberlo pensado antes de verlo (ya sabe que lo he visto porque han saltado los dos tics azules).
Pues, el vídeo en cuestión es para plantearte un reto súper guay. Un reto donde tienes que hacer una coreografía deportiva. Pero, vamos a ver, ¡que no tengo tanto salón como para hacer algo así! Pues, mis cuñados sí. A ellos no les molesta la mesa, han apartado las sillas y no han tenido que meterlas en la cocina como yo y, para colmo, ella está muy coordinada y él muy en forma. ¿Quieres verlos? (PD: Quedan retad@s) ??