Reinicia las operaciones el Programa Mundial de Alimentos (PMA) tras la muerte el pasado mes de abril de tres de sus trabajadores
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha anunciado este martes el inicio de la entrega de ayuda alimentaria a cientos de miles de personas en Sudán, tras suspender sus operaciones después de la muerte en abril de tres de sus trabajadores en el marco de los combates entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
«Para mucha gente, la comida y otros suministros se están agotando», ha dicho el director del organismo en Sudán, Eddie Rowe. «Si están disponibles, están por encima de la capacidad de compra del sudanés medio», ha explicado.
El PMA espera entregar ayuda durante los próximos días a más de 384.000 personas en los estados de Gedaref, Gezira, Kassala y Nilo Blanco, al tiempo que mantiene la esperanza de poder iniciar las entregas en Nilo Azul, con el objetivo de llegar a los más vulnerables, entre ellos refugiados y desplazados internos.
Incrementar operaciones
Así, ha manifestado que tiene entre sus planes incrementar sus operaciones durante los próximos meses y dar ayuda a cinco millones de personas en Sudán, así como apoyar a 600.000 niños y mujeres con programas de prevención y tratamiento de la desnutrición.
«Estamos viendo que hasta 19 millones de personas podrían tener problemas para comer una vez al día, respecto a los 15 millones de personas del año pasado», ha apuntado Rowe. Cerca de cuatro millones de niños y mujeres embarazadas y lactantes sufrían desnutrición aguda antes del inicio de los combates.
A ello se suma que hay una gran cantidad de personas desplazadas por las hostilidades, incluidas cerca de 100.000 que han huido a los países vecinos, según datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que ha dicho que la cifra podría llegar a ser de 800.000 en las próximas semanas.
El PMA ha sufrido además el robo de más de 17.000 toneladas métricas de alimentos, en medio de una situación de inseguridad que dificulta enormemente las actividades del organismo en el país africano, especialmente en la capital, Jartum, y la región de Darfur, epicentros de los enfrentamientos.
Déficit de fondos
El organismo hace además frente a un «enorme déficit» de fondos que asciende a 300 millones de dólares (alrededor de 273,3 millones de euros) durante los próximos seis meses, si bien Rowe ha mostrado su confianza en que los donantes incrementarán su ayuda.
«Hay comunidades en las que hemos establecidos relaciones muy fuertes y vamos a sopesar cómo podemos lograr acceso para llegar a algunas personas que necesitan ayuda de forma desesperada», ha argüido. «Creo que si aprovechamos nuestro imperativo humanitario, podremos llegar a las muchas personas que necesitan nuestra asistencia», ha zanjado.
El PMA sostuvo la semana pasada que las posibilidades de que retome la entrega de ayuda en Sudán depende de que el Ejército las RSF mantengan el pie el alto el fuego –marcado por combates esporádicos–, después de que la directora ejecutiva del organismo, Cindy McCain, anunciara el fin de la suspensión de sus operaciones.
Las hostilidades estallaron el 15 de abril en el marco de un aumento de las tensiones en torno a la integración de las RSF en el seno de las Fuerzas Armadas, parte clave de un acuerdo firmado en diciembre para formar un nuevo gobierno civil y reactivar la transición.