Cinco votos a favor y dos en contra determinan la inhabilitación del expresidente de Brasil por uso fraudulento de recursos públicos en julio de 2022
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Brasil ha votado con cinco votos a favor y dos en contra inhabilitar ocho años (hasta 2030) al expresidente Jair Bolsonaro por abuso de poder y uso fraudulento de recursos públicos cuando en julio de 2022 reunió en el Palacio del Planalto a decenas de embajadores extranjeros para persuadirles, sin pruebas, de las deficiencias del sistema electoral brasileño y las urnas electrónicas.
Con el voto favorable de la vicepresidenta del TSE, Cármen Lúcia Antunes, se ha certificado el futuro político de Bolsonaro, quien en la víspera había visto como hasta otros dos jueces apoyaban la inhabilitación expuesta por el juez instructor del caso, Benedito Gonçalves.
«Con todos los respetos al eminente juez Raul Araújo, anuncio a vuestra excelencia y a los señores jueces que acompaño al juez instructor en la condena de inhabilitación del primer investigado, Jair Messias Bolsonaro», ha manifestado Antunes, cuyo voto es el cuarto favorable a esta sanción.
Antunes hace referencia a Araújo, el único de los jueces del TSE hasta ahora que ha votado en contra de sancionar al expresidente bajo el argumento de que a pesar de que difundió información falsa sobre el sistema electoral en aquella reunión con embajadores, consideró que no cumplía con «el requisito de gravedad suficiente».
Para el juez Marques la reunión con embajadores fue suficiente para enturbiar las elecciones
Durante la explicación de su voto, la magistrada ha señalado que Bolsonaro faltó al respeto a los poderes Ejecutivo y Judicial con aquella reunión, en la que con clara «consciencia de pervertir», el expresidente «puso en riesgo el proceso electoral y la misma democracia».
Asimismo, Antunes considera «probado» que Bolsonaro utilizó aquel encuentro no solo para atacar hechos que ya habían sido refutados por el TSE, sino también para poner en duda la legalidad de la candidatura del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y autopromocionarse electoralmente.
El siguiente en ofrecer su decisión ha sido Kassio Nunes Marques, nombrado por el propio Bolsonaro para ocupar un puesto en el Tribunal Supremo, quien ha votado en contra del castigo al expresidente, afirmando que no ha identificado «gravedad necesaria» para secundar la acusación.
El juez Marques ha asegurado que su voto no está justificado en base a las «simpatías políticas» con ninguno de los dos acusados, en referencia también a Walter Braga Netto, exministro de Defensa y compañero de formula presidencial, que sí ha sido absuelto de los delitos por los que Bolsonaro ha sido condenado.
Para él, aquella reunión con embajadores, si bien puede ser «cuestionable», no fue suficiente para enturbiar las elecciones que tres meses después se celebraron. Si bien subraya que es «irrefutable» la integridad del sistema de votación electrónico, sostiene al mismo tiempo que Bolsonaro «no sacó ventaja» sobre los demás contendientes con sus afirmaciones desacreditando el sistema electoral.
Bolsonaro rechaza la decisión
El proceso ha concluido con el voto también favorable del presidente del TSE, Alexandre de Moraes, quien ha leído la sentencia remarcando que «es importante crear un precedente» con el que poder «combatir la proliferación de odio y falsedades contra el proceso electoral».
De Moraes ha sido tajante con el expresidente y le ha acusado de mentir en numerosas ocasiones y ha diferido con algunos de sus compañeros en que las manifestaciones de Bolsonaro nada tienen que ver con la libertad de expresión. El TSE, ha dicho, responde así «al populismo nacido en la llama del odio y los discursos antidemocráticos».
«El presidente, al afirmar con mentiras que hubo fraude en las elecciones, incluidas las que ganó, sin presentar pruebas, ataca el sistema electoral que lo ha elegido desde hace 40 años, no encaja en el ejercicio de la libertad de expresión, sino el abuso del poder», ha defendido el presidente del TSE.
Como no podía ser de otra forma, Bolsonaro, quien en la víspera se había negado a tirar la toalla a pesar de que el panorama no era nada esperanzador para sus intereses, ha asegurado tras conocer la decisión que «Brasil está de luto».
«A partir de ahora voy a ser un gancho electoral de lujo. Brasil está de luto con esta decisión (…) esto no es democracia. No voy a cejar mi lucha por Brasil, tengo una hija de doce años que quiere crecer aquí», ha advertido Bolsonaro, quien ha asegurado haber sido juzgado por toda su obra.