Segunda jornada del juicio en la Audiencia de Las Palmas contra Miguel Ángel Ramírez con la declaración de testigos
Nuevos testigos que trabajaron en Seguridad Integral Canaria (SIC) entre 2009 y 2017, años en los que la empresa supuestamente defraudó unos 36,6 millones de euros, han asegurado este miércoles ante la Audiencia de Las Palmas que la empresa les «volvía locos» a hacer horas extra, que pagaba «por debajo del convenio» y en forma de dietas.
En la segunda sesión celebrada del juicio que se sigue contra el empresario y dueño de la empresa de seguridad privada, Miguel Ángel Ramírez, y contra el administrador que le sustituyó a partir de 2011, Héctor de Armas, solo dos antiguos trabajadores han dicho que les abonaban el kilometraje y la comida y, según uno ellos, «no había tope: si quería comer langosta me lo pagaban».
Este vigilante de seguridad ha dicho que no hacía horas extras y que rotaba por muchos sitios, incluso prestaba servicios en La Aldea (Gran Canaria), municipio al que se desplazaba en su coche pero le pagaban el desplazamiento.
Este testigo ha defendido que las condiciones laborales de SIC eran «bastante buenas» y ha confirmado que él, en 2009, cobró más dinero por dietas que por salario (20.975 frente a 15.531 euros), según los datos aportados por la empresa a la Agencia Tributaria.
Hasta 400 horas al mes
Los otros once trabajadores, dos de ellos fallecidos y cuya declaración ante el juzgado de instrucción ha sido leída, coinciden en que la empresa no pagaba los gastos por desplazamiento ni manutención, salvo en el caso de una vigilante que ha dicho que estaba subrogaba y se le pagaba lo fijado en el convenio y no hacía horas extras.
En su caso, era la única que libraba dos días a la semana, aunque nunca festivos ni domingos. En cambio, los otros que han testificado este miércoles han recalcado que trabajaban una media de 12 horas diarias y algunos llegaron a hacer hasta 400 horas al mes, cuando las horas de su jornada conforme el contrato eran 162 o 164, ya que no recordaban con exactitud.
Según han explicado, primero recibían la cantidad correspondiente a la nómina y posteriormente el importe de las dietas, aunque en realidad eran las horas extras que efectuaban.
«Nos volvían locos a hacer horas extras y las pagaban como querían y por debajo del convenio«, ha indicado un antiguo trabajador de SIC que estuvo nueve años en la empresa, al que despidieron por asistir a una manifestación para reclamar lo que se les debía y que se ha quejado de que «siempre faltaban horas» por abonar.
Si se negaba, no había paquete de Navidad
Otro vigilante, también ha incidido en que se «hacían muchas horas extras» y ha manifestado que en 2009 denunció ante la Justicia que se «camuflaban como dietas», y que en sentencia se reconoció que «el concepto era irregular». En su caso, entró en Seguridad Integral en 1997, cuando la empresa era de otro propietario, y cuando pasó a manos de Ramírez «cambiaron las cosas, se cortaron los anticipos y empezaron los recortes».
«Si te negabas a hacer horas extras no tenías derecho al paquete de Navidad«, ha señalado este empleado que trabajó en dos etapas para SIC, y que la segunda vez que fue contratado, en 2017, percibió un suelo de 700 euros, al aplicarle el convenio de la empresa, cuando en su anterior empleo como vigilante cobraba 1.500 euros.
Sueldo por debajo de convenio
Algunos de estos testigos han declarado por videoconferencia, como es el caso de un antiguo vigilante de seguridad de Valle Tabares, en Tenerife, que ha indicado que el sueldo base que recibían era inferior al del convenio y que «no cobraban los pluses correspondientes a nocturnidad, peligrosidad, festivos ni transporte».
En esta sesión también ha prestado declaración el responsable de la dirección de transportes de fondos cuya función era la de responsable comercial, que ha indicado que su suelo lo pactó con la empresa y «nunca hizo horas extras» y sus desplazamientos por viajes eran abonados por SIC, que le facilitó una tarjeta de empresa y dinero en efectivo para los gastos.
El director financiero de SIC, que fue contratado por Ramírez, ha explicado que casi todos los trabajadores cobraban nómina y dietas, y que desconocía si hacían horas extras los empleados, pues recibía los ficheros de personal y se limitaba a autorizar los pagos, aunque «eran pocos» los correspondientes a horas extraordinarias.
Ha comentado que no recuerda las cantidades de los pagos que autorizaba de nóminas y dietas, pero las primera suponían un 50 por ciento más y eran «muchas más», y a preguntas de la defensa de Héctor de Armas, ha respondido que tampoco recordaba si cuando se incorporó como administrador único en 2011 cambió el sistema de las horas extras.
El juicio continuará este jueves con la declaración de más testigos.