Un enrabietado Tenerife se creció y derrotó por 2-1 a un conformista Burgos que jugó más de la mitad del encuentro con superioridad numérica
El asfixiante calor existente en la capital tinerfeña y la sólida defensa de los burgaleses dificultaron casi por completo toda iniciativa insular de acercamiento a la meta de Caro, por lo que el juego, inicialmente, casi se desarrolló únicamente en la parcela central.
En el tramo final del primer tiempo el encuentro experimentó un vuelco radical, primero, una entrada de Mo Dauda sobre Elgezabal acabó con el atacante local expulsado y el balón en el punto de penalti para el Burgos, pero Soriano adivinó su intención y desvió el balón.
Con los locales totalmente indignados concluyó una insulsa primera parte, para dar paso a una contienda totalmente diferente, en la que no hubo especulación alguna y ambos equipos buscaron el gol con tenacidad.
Los goles de Roberto y Enric Gallego dejan líder provisional al Tenerife
Espiau, con un sutil cabezazo, estuvo a punto de conseguir el tanto para los visitantes, pero se topó con el cuerpo de Soriano y poco después se produjo la réplica local, con total efectividad, con una jugada de Medrano que acabó con un pase sobre Roberto y éste marcó a puerta vacía.
A renglón seguido, el visitante Mumo cometió penalti y Gallego, desde los once metros, anotó el segundo tanto de su equipo, procedimiento idéntico al utilizado por Curro (m.76) para aminorar la diferencia, tras un penalti cometido por Amo al tocar el balón con una mano.
Hasta el final, los visitantes intentaron imponer su dominio, pero no lo consiguieron y el Tenerife es líder.