El Granca se llevó con agonía el partido ante el Bilbao Basket, que dominó un encuentro, con vistas en la clasificación de la Copa del Rey
El Dreamland Gran Canaria salvó este sábado su primera ‘final’ con vistas a la clasificación para la Copa del Rey, al superar de manera agónica por 83-75 a un aguerrido Surne Bilbao Basket que dominó gran parte del encuentro, hasta que los pívots amarillos -en especial Happ y Pelos- consiguieron fraguar la remontada a poco más de dos minutos para la conclusión.
El argentino Nico Brussino, como anotador (19), y la dupla Pelos-Happ, en valoración -26 puntos y 17 rebotes entre los dos-, destacaron en un partido coral, pero de dos velocidades por parte del conjunto amarillo, desactivando la polivalencia de Killeya-Jones (17 puntos y 22 de valoración).
En un arranque fulgurante e intenso, el conjunto vizcaíno tomó la iniciativa aprovechando el juego físico de Killeya-Jones y la movilidad de De Ridder en la pintura (11-13 en el ecuador del primer cuarto).
Los pupilos de Jaka Lakovic trataron de coger la batuta en el marcador, con el acierto de Albicy y con la entrada de la segunda unidad, pero fue en vano. Anderson y Rabaseda estiraron el chicle del equipo vasco (14-20). Y, aunque Brussino logró afilar momentáneamente la renta del Bilbao, el interior visitante Tsalmpouris mantuvo la distancia a seis puntos al cierre del primer asalto (19-25).
Cambio de chip
En el segundo periodo, el Gran Canaria cambió el chip, primero con un brutal alley-hoop fraguado por Bassas y ejecutado de espaldas por Lammers, que luego se vio acompañado de un triple lejano de Salvó y otro de Shurna (27-25), quien reaparecía en Liga Endesa tras recuperarse de su lesión.
En cualquier caso, el Surne seguía enchufado al encuentro y retomó la iniciativa con un 2-13 de repunte, protagonizado por Kullamae y Reyes (29-38). Más tarde saltarían a la palestra Happ y Brussino para enderezar el rumbo claretiano a 3:26 para el descanso (36-38), propiciando el tiempo muerto del técnico visitante, Jaume Ponsarnau.
El ritmo no aminoró tras la pausa táctica, si bien el Bilbao supo mantenerse en vanguardia con el tiro exterior de Renfroe y la movilidad de Killeya-Jones, mientras Albicy y Brussino ajustaban la diferencia al mínimo (42-43).
En la reanudación se multiplicaron los errores y los fallos en el porcentaje de tiro en ambos aros, estancándose los guarismos de manera notable y aprovechando la circunstancia Killeya-Jones para emerger en la zona (47-51).
Remontada amarilla
Un triple de Adam Smith a 5:54 para enfilar el último periodo (47-54) forzó el tiempo muerto de Lakovic. El esloveno agitó el banquillo con la vuelta de Slaughter, Lammers y Brussino, pero no fue suficiente. Smith asumió los galones del Bilbao en ataque y estiró el chicle por encima de la decena (51-62).
Tuvo que ser, con la entrada de Bassas, cuando mejor leyó el equipo isleño los pick-and-rolls y los bloqueos indirectos, sacando la mejor versión de un Lammers que iba a más (57-62). Pero de nuevo Reyes entró al quite, para mantener la derrama bilbaína a siete (59-66).
Ya en el último cuarto, Landesberg y Pelos redujeron la hemorragia a un puntos en apenas dos minutos (65-66). Tsalmpouris y De Ridder intentaron dar oxígeno al Bilbao (69-74 a 4:50 para el final).
De nuevo Pelos se llevó a la espalda al equipo isleño y Happ remató con una canasta en la zona la remontada amarilla (76-75), cuando restaban 2:10 para la conclusión. El Gran Canaria Arena aumentó los decibelios y el Bilbao, que había dominado prácticamente todo el encuentro, sufrió un cortocircuito en ataque, rematando Happ y Brussino una victoria que sabe a oro para el conjunto isleño, mientras que el Bilbao continúa coqueteando con la zona roja de la clasificación.