Los búnkeres de El Confital, en Las Palmas de Gran Canaria, datan de la Segunda Guerra Mundial
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha impulsado diferentes actuaciones para proteger los búnkeres que se encuentran en el espacio protegido de El Confital.
La concejalía de Ciudad de Mar ha actuado sobre un primer equipamiento que se ha limpiado en profundidad y se ha sellado para garantizar su protección y su uso y gestión futura como elemento histórico y patrimonial de la ciudad.
Espacio icónico
El concejal de Ciudad de Mar, Pedro Quevedo, ha explicado que esta actuación es “un paso más dentro de la estrategia municipal de conservación y uso ciudadano sostenible de este espacio icónico”. En este sentido apuntó: “Hemos actuado sobre este primer equipamiento dentro de nuestras competencias y, de manera paralela, nos hemos dirigido a Costas del Gobierno de España para que tramite el desalojo y la conservación de los otros dos búnkeres, en la Punta de El Confital y en El Caletón junto al Bufadero y que actualmente se encuentran ocupados”.
Proyecto de rehabilitación
El equipamiento sobre el que ha actuado Ciudad de Mar se encuentra poco antes de llegar a la Punta de El Confital. Según el arqueólogo, Artemi Alejandro – Medina, “se trata de un conjunto formado por dos búnkeres interconectados entre sí por un pasillo que también está fortificado. En su exterior, conectados con los mismo hay una rampa en ‘V’ que sale desde ellos y por la que se asciende a un promontorio artificial. Este búnker, junto con el resto de estructuras que se localizan en este espacio, pertenece a la Segunda Guerra Mundial, 1941-42, y son parte del sistema de defensa antiaéreo de la isla”.
Quevedo explicó que una vez se hayan desalojado estas estructuras históricas, Ciudad de Mar impulsará con el resto de instituciones competentes un proyecto de rehabilitación y gestión cultural y educativa que permita impulsar el conocimiento de un periodo de historia que tiene mucho interés porque nos abre una puerta al conocimiento de nuestro legado como ciudad”.
Los otros dos búnkeres en El Confital “son pequeñas estructuras de hormigón de planta cuadrangular con aspilleras para disparar, comúnmente llamados «nidos de ametralladoras», fueron diseñados para alojar unos pocos soldados con armas automáticas con las que proteger y barrer con su tiro la costa frente a ellos en caso de ataque”, según Artemi Alejandro.
Además de estas estructuras el Confital alberga los restos de una batería de final y principio de los siglos XIX y XX y un complejo de trincheras defensivas.