El Tribunal Superior de Justicia de Canarias ratifica la decisión de recusar a los magistrados de los casos que afecten a Miguel Ángel Ramírez
El Tribunal Superior de Justicia de Canarias ha reafirmado en un nuevo auto la recusación al presidente de la Audiencia de Las Palmas, Emilio Moya, y a su compañero de la sección sexta, Carlos Vielba. Los magistrados no podrán revisar o decidir casos que afecten al empresario Miguel Ángel Ramírez por tener una relación de amistad íntima.
La Sala Especial del TSJC, constituida por ocho magistrados y encabezada por el presidente del alto tribunal canario, Juan Luis Lorenzo, se pronuncia de esta manera tras el segundo incidente de recusación planteado por el Ministerio Fiscal contra ambos jueces.
Dos recusaciones
La Sala Especial del TSJC a finales de marzo estimó un primer incidente de recusación promovido por el Ministerio Público con los mismos protagonistas.
La recusación estimada impide cualquier intervención a ambos magistrados en un procedimiento que se sigue en la jurisdicción penal contra Miguel Ángel Ramírez. Entienden nuevamente «relación de amistad íntima» entre los dos magistrados y el investigado.
Contra el nuevo auto dictado no cabe recurso. Se vuelve a considerar las dos grabaciones que formaron parte del caso que envió a prisión al juez Salvador Alba por conspirar contra Victoria Rosell, para declarar probado que los dos tienen lazos de amistad íntima y confianza con el presidente de la Unión Deportiva Las Palmas.
Relación de amistad íntima
En el caso de Moya, alude la sala a que «el tono de las conversaciones y la utilización de expresiones de familiaridad y cordialidad exceden las normas de cortesía y se adentran en la existencia de una relación de amistad íntima y confianza por ambas partes».
Si no fuera así, no comprende el uso de expresiones como «chacho, chacho, chacho», y tampoco cabe otra explicación para el hecho de que una persona extraña al ámbito judicial y con la condición de investigado en un proceso penal, como era Ramírez, accediera el despacho del presidente de la Audiencia Provincial sin la presencia de un abogado y menos aún que esa visita se realizara para saludar y se mantuvieran conversaciones relativas a procedimientos judiciales en curso.
En ellas, remarca el TSJC, «el señor Ramírez se refiere al señor Moya Valdés como ‘un amigo mío de puta madre'».
Y recuerda que las partes de la conversación en la que interviene el magistrado fueron borradas por el presidente de la UD Las Palmas cuando las aportó la Justicia, aunque después fueron recuperadas por el servicio de criminalística de la Guardia Civil.
En relación con Vielba, la Sala reitera que, tal y como se pronunció en su anterior auto del pasado 22 de marzo, existe una amistad íntima entre Ramírez y el magistrado recusado. Por la transcripción de las grabaciones aportadas y la fotografía de entrada al edificio judicial en el que se ve al magistrado esperando al presidente de la UD La Palmas, al pie del torno del acceso al edificio judicial de la Ciudad de la Justicia.