El alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, insiste en que este posible hotel en Las Teresitas no tiene nada que ver con proyectos como ‘Cuna del Alma’
El alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, ha salido al paso de las críticas sobre la posible construcción de un hotel en el entorno de la playa de Las Teresitas. Bermúdez ha querido dejar claro que este proyecto no tiene nada que ver con el polémico caso de Cuna del Alma en el Puertito de Adeje.
«Esto no es Cuna del Alma», ha recalcado Bermúdez en declaraciones a Radio Club Tenerife recogidas por EFE. El alcalde ha explicado que el desarrollo turístico en Las Teresitas, en una parcela de propiedad pública, está previsto en el planeamiento municipal desde 2005. «No es una novedad ni algo que este alcalde haya impuesto o propuesto», ha insistido.
Ni un solo hotel vacacional en su costa
Bermúdez ha defendido la construcción del hotel argumentando que Santa Cruz de Tenerife, con 2.600 camas hoteleras, no tiene un solo hotel vacacional en su costa. Además, ha señalado que el proyecto incluiría obras de saneamiento, recogida de pluviales, iluminación, un paseo y la mejora del acceso a la playa.
El alcalde ha reconocido que la construcción del hotel requeriría una modificación del planeamiento municipal y una inversión de entre 30 y 40 millones de euros. Ha sugerido que la financiación podría provenir de la propia parcela pública o de fondos públicos, aunque ha admitido que esta última opción sería «más difícil».
Cuarta moratoria turística
Por otro lado, Bermúdez ha aprovechado la ocasión para plantear la posibilidad de aplicar una cuarta moratoria turística en Canarias. El alcalde ha valorado que las tres moratorias anteriores «han evitado la construcción de nuevas camas hoteleras», pero ha lamentado que en paralelo «se ha desarrollado un fenómeno que ha venido a complicar un poco todo: el alquiler vacacional».
Bermúdez ha instado a analizar otros factores que generan «agobio» entre los canarios, como la proliferación de caravanas y autocaravanas, así como el impulso, fomentado desde las administraciones, para que los turistas «salgan de los hoteles».