El tercer episodio de la serie ‘Insulae: crónica de nuestra historia’ recrea este miércoles la vida de tres presos de la Colonia de Tefía
Televisión Canaria estrena este miércoles 12 de junio, a partir de las 22:30 horas, el tercer episodio de ‘Insulae: crónica de nuestra historia’, la serie que recrea algunos de los acontecimientos históricos más significativos del Archipiélago.
Bajo el título de ‘Condenados: Colonia Agrícola de Tefía’, la docuserie viaja en el tiempo hasta la década de 1950, en los años más duros del franquismo, en un capítulo que se adentra en el campo de trabajos forzados de Tefía, donde se recluía a quienes el régimen declaraba como antisociales o peligrosos según la ‘Ley de vagos y maleantes’.
A través de investigaciones históricas, testimonios directos y entrevistas recogidas en la prensa de la época, este nuevo episodio recrea las vivencias de varios internos en el campo de trabajo majorero. Durante los años que permaneció abierta, entre 1954 y 1966, más de 300 personas fueron recluídas en la Colonia, donde sufrían castigos corporales, hambre y unas condiciones de trabajo inhumanas.
El actor Dorian Sanz da vida a Antonio, un personaje ficticio pero basado en multitud de testimonios, obligado a “reformarse” de su homosexualidad en la Colonia Agrícola de Tefía. Entre otros intérpretes secundarios, Samuel Silvela encarna a un cruel vigilante apodado “El Viga” y David Santana a Máximo, un comunista represaliado.
Como en cada capítulo de ‘Insulae’, la historia está basada en hechos reales y viene respaldada por la intervención de investigadores, académicos y expertos. Este episodio cuenta con la intervención de Víctor Ramírez, activista e investigador de la memoria histórica LGTBi en Canarias; Aarón León, doctor en Historia y Sori Jiménez, ahijada del interno en Tefía ya fallecido Octavio García, sentenciado por ser homosexual. Asimismo, vecinos de la antigua Colonia Agrícola revivirán recuerdos de aquellos años 40 y 50 del siglo XX en Tefía.
Colonia agrícola Penitenciaria de Tefía
El régimen franquista abrió en 1954 la Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía, una de las instalaciones previstas en la Ley de Vagos y Maleantes de 1933 para la rehabilitación de personas que tuvieran inclinaciones delictivas.
La Colonia abrió en 1954 y permaneció abierta hasta 1966. Durante esos años, entre 300 y 350 presos fueron a sus instalaciones por encontrarse incluidos en las categorías de vagos y maleantes. Dentro de estas categorías se incluía a «vagos habituales, rufianes, proxenetas, mendigos profesionales, ebrios, toxicómanos habituales y homosexuales. En virtud de la ‘Ley de vagos y maleantes’, podían ser declarados como personas peligrosas y sometidos a medidas de «reeducación». Esta norma se aplicó con frecuencia como instrumento de represión, hasta la sustitución de esta por la Ley de Peligrosidad Social de 1970.
‘Insulae: crónica de nuestra historia’ viaja en el tiempo para traer a la memoria el testimonio de quienes estuvieron presos en la Colonia majorera.