Un jurado popular ha condenado a 24 años de prisión y 150.000 euros de indemnización a un hombre por el asesinato de su expareja en el centro de Santa Cruz de Tenerife
La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha impuesto una pena de 24 años de prisión al considerado por un jurado popular autor del asesinato a cuchilladas de su expareja. Los hechos se produjeron cuando la mujer salía de trabajar en un edificio situado cerca de la céntrica calle Ramón y Cajal de la capital tinerfeña el 29 de julio de 2022.
El magistrado obliga al procesado a pagar 150.000 euros a los padres de la joven y se imponen los agravantes de alevosía, por haber actuado a traición y sin que la joven se pudiera defender; ensañamiento, dado que le asestó 12 puñaladas con un cuchillo de grandes dimensiones de las que tres eran mortales; y de género y parentesco.
Una vez que salga de prisión no podrá acercarse a los padres de la joven a menos de 500 metros durante seis años ni comunicarse con ellos a lo largo de 30 desde que la sentencia sea firme y una vez que cumpla la pena, el hombre permanecerá una década en situación de libertad vigilada con las correspondientes obligaciones y prohibiciones de esta situación.
Sin atenuante por adicción a las drogas
En el fallo dado a conocer este miércoles, 31 de julio, se refleja el veredicto del jurado popular que a principios de junio participó en el juicio y ratificó la culpabilidad, reconocida desde un primer momento por su defensa, que siempre pidió que se tuviera en cuenta el atenuante de adicción a las drogas.
El Tribunal popular, sin embargo, lo descartó apelando a lo manifestado por los peritos y agentes policiales, que aseguraron que el acusado era consciente tras consumar el asesinato.
Veredicto unánime
El Jurado emitió su veredicto de forma unánime en todos los puntos basándose en la decena de testigos que presenciaron la agresión y las grabaciones de las cámaras de seguridad y de un vecino.
Consideran que el asesinato se cometió a traición, fue planificado y pidieron que se aplicara el agravante de violencia de género por su carácter violento y los celos y de parentesco demostrada durante una relación que duró 20 años, de los que siete vivieron juntos.
En los días del juicio se escuchó el testimonio de los parientes de la víctima quienes calificaron al acusado de ser una persona muy posesiva y celosa, que las rupturas durante los últimos dos años fueron constantes, debido a que perdía trabajos y robaba dinero por su adicción.