Un estudio ha medido el impacto de la declaración de La Laguna como Patrimonio de la Humanidad pero los expertos piden un equilibrio entre turismo y conservación de patrimonio
Hace 25 años, en 1999 la ciudad de San Cristóbal de La Laguna era declarada Patrimonio Mundial de La Humanidad por la UNESCO.
Ahora un estudio mide por primera vez el impacto de esa declaración que cumple un cuarto de siglo. Un hecho que ha fomentado un turismo más cultural y alejado del tradicional de «sol y playa».
Según el técnico del Colegio de Economistas de Santa Cruz de Tenerife, Juan José Hernández «debemos conservar los atributos que nos han llevado a ser un valor único y excepcional».
Sin embargo esta declaración tiene una cara negativa relacionada con la masificación turística, ya que puede provocar la pérdida de la identidad de las ciudades e impactar en el mercado de la vivienda. Por eso los expertos piden a las administraciones que implanten estrategias para que haya equilibrio entre el turismo y la conservación del patrimonio.