- La cifra concreta asciende a 10.467 migrantes en 399 pateras, cayucos o neumáticas
- La situación ya ha rebasado cualquier capacidad de previsión
- El campamento de emergencia en el puerto de Arguineguín está desbordado
Las Islas Canarias han superado ya los 10.000 migrantes rescatados en sus costas o en las aguas de su entorno cuando todavía faltan dos meses para terminar el ejercicio, lo que convierte a 2020 en el tercer año más intenso en llegada de pateras de la historia del archipiélago.
La cifra concreta asciende a 10.467 migrantes en 399 pateras, cayucos o neumáticas, cantidad que incluye los 8.102 que figuran en el informe quincenal del Ministerio de Interior del pasado día 15 octubre; los 2.161 llegados desde el 16 hasta el miércoles 21, según un recuento oficial al que ha tenido acceso Efe; y los 204 reportados este jueves por Salvamento Marítimo y la Cruz Roja.
Solo en los último siete días (desde el viernes 16 hasta este jueves), han llegado a Canarias 2.365 personas en 93 embarcaciones, a un ritmo promedio de 337 personas y 14 pateras diarias.
Se trata de un flujo de migrantes que no tiene precedentes ni siquiera en el punto álgido de la crisis de los cayucos, 2006, cuando arribaron a las islas 31.678 personas (88 diarias). Y las cifras muestran que se está acelerando: en agosto llegaban un promedio de 71 migrantes al día, en la primera quincena de octubre esa tasa se duplicó y pasó a 144 diarios, y en los siete días transcurridos desde entonces se ha vuelto a doblar, con 337.
Proyección preocupante
Las proyecciones que dan esos números para final de año son las siguientes, con 69 días por delante: si se mantiene el ritmo de agosto, Canarias terminará 2020 con 15.366 migrantes recibidos en sus costas; si el ritmo es el de la primera quincena de octubre, lo hará con 20.403; y si se sigue rescatando a 337 diarios, se batiría el récord de la ruta, con unos teóricos 33.720 llegados.
En cualquiera de los tres escenarios, 2020 se va a colocar en la zona más alta de la estadística de entrada de migrantes en patera a Canarias desde que el 28 de agosto de 1994 la barquilla que inauguró la ruta, con dos saharauis que desembarcaron en Fuerteventura. Será el tercer año más intenso, el segundo o el primero, aunque esto último es menos probable, porque en noviembre y diciembre el tiempo suele empeorar y dificulta más la navegación.
La situación ya ha rebasado cualquier capacidad de previsión, aunque la red de acogida de las islas se haya ampliado por encima de las 3.000 plazas contando con complejos turísticos que hasta ahora estaban vacíos por la crisis del coronavirus, pero que puede que vuelvan a ser reclamados por sus clientes habituales.
Porque, de hecho, Canarias empieza la temporada alta el 1 de noviembre y este mismo jueves ha celebrado que los países que tradicionalmente le envían el 56 % los turistas que recibe al cabo del año, el Reino Unido y Alemania, vuelven a considerar a las islas un destino seguro y ya no exigen cuarentenas a quienes regresen de ellas. Y algunos de esos albergues transitorios para inmigrantes se encuentran en uno de los destinos más demandados: Maspalomas.
El puerto de Arguineguín desbordado
Mientras, en puerto de Arguineguín han pasado la última noche más de 1.300 personas que esperan allí a que se les asigne un recurso de acogida. Los últimos en llegar ayer por la noche (porque esta madrugada no hubo rescates, por primera vez en semanas), durmieron al raso, porque ya no había tienda de campaña para todos.
La situación ha provocado que haya visitado de nuevo el muelle el juez que tutela el Centro de Internamiento para Extranjeros de Gran Canaria, Arcadio Díaz Tejera, cuyo enfado con lo que ha visto «se ha triplicado», a pesar del esfuerzo que le reconoce al personal de Cruz Roja y Policía que trabaja en el campamento de emergencia.
«A pesar de ese esfuerzo inmenso, el hecho cierto es que de las 1.500 personas que está aquí, 500 durmieron anoche soportando la lluvia, hoy han soportado el sol y así seguirán», ha denunciado el juez, que considera «indignas e inhumanas estas condiciones».
«Es injusto, no nos representa a los canarios. Me parece bochornoso, máxime, cuando hace mucho que se sabía que se iba a intensificar el uso de la Ruta Canaria y más que llegarán», ha añadido.
El magistrado se ha quejado además del «atronador silencio» de «tantos y tantos representantes públicos, tantas personas como han jurado o prometido defender los Derechos Humanos y la Constitución», a los que no escucha decir «nada sobre esta crisis humanitaria».
«¿Dónde están?», se ha lamentado Díaz Tejera, que ha reconocido que la situación está «tan desbordada» que «ningún juez va a supervisar esto», aunque «necesariamente este muelle se tiene que desalojar» y llevar a sus ocupantes a centros turísticos o recursos a habilitar en espacios del Ministerio de Defensa.