La mutilación pone en riesgo sus vidas y deja secuelas irreversibles en su día a día. HaWa es mauritana y sus ojos reflejan el dolor cada vez que recuerda cuando, con tan sólo 10 años, la mutilaron.
Aunque la ablación está prohibida en más de 30 países de África y Oriente medio, se sigue practicando a escondidas en la mayoría de ellos. En Canarias, más de 4500 mujeres están en riesgo de ser sometidas a la mutilación genital femenina. Una práctica que deja secuelas tanto físicas como psicologías e incluso puede llegar a ocasionar la muerte.
Por este motivo, desde 2007 la Asociación Dimbe trabaja en Fuerteventura para darle visibilidad, creando conciencia y luchando para erradicar esta práctica social.