Elio Quiroga presenta su novela «Astral», en la Casa Museo Pérez Galdós

Según Elio Quiroga ‘Astral’ se dirige a los jóvenes que están pasando por ese momento complicado en su vida que es la adolescencia.

Elio Quiroga, fotografía de Óscar Fernández Orengo

El cineasta y escritor grancanario Elio Quiroga se alzó el pasado año con el II Premio de Novela Juvenil y de Fantasía Malas Artes 2020 con la novela ‘Astral’, un libro que presenta el 25 de febrero en la Casa-Museo Pérez Galdós y que relata la historia de una adolescente que experimenta un viaje astral que cambiará su vida y que a su vez se adentra en ese difícil paso de la infancia a la edad adulta. “Esta novela se dirige a los jóvenes que están pasando por un momento complicado en sus vidas y también a ese adolescente que fui, para decirle que al final no fue tan mal, que pasó ese momento tan aciago”, asegura el autor.

Para Quiroga la adolescencia fue muy traumática, así que entiende muy bien esa incertidumbre y el vértigo de convertirte en un adulto en un mundo cada vez más hostil y más problemático. “Además de escribirme a mí mismo con 13 o 14 años, es una carta que estoy mandando a esa gente que está pasando por esa etapa de su vida, que sabe que va a terminar, pero eso no le quita hierro, ni que sea menos complicada, dolorosa y conflictiva. Estás encontrando tu lugar en el mundo y al mismo tiempo estás perdiendo tu infancia, es una época muy delicada. La novela juega un poco a eso, a entender desde un adulto que fue adolescente cómo se vive en esos momentos”, explica.

Pero el difícil tránsito por la adolescencia no es el único tema que aborda ‘Astral’, sino otro de los miedos que tiene Quiroga desde niño, cuando en la radio escuchó por primera vez lo que era un viaje astral. “Le cogí tal miedo que le tuve hasta cierta fobia, sin saber porqué. Así que me dije: ‘¿por qué no escribir una novela sobre un asunto que me da miedo?’. Yo lo siento como algo que me impone eso de separar tu cuerpo del alma y me decidí a contar una historia corta, para un público más joven. Me pareció un tema atractivo para enfrentarme a esa novela y me lancé a ella”, detalla.

Para ello se puso a investigar sobre el tema y a recordar que de pequeño leyó un libro que se llamaba ‘Ayer era milagro’, que hablaba sobre parapsicología y en dónde se describen los viajes astrales. “A partir de ahí me puse a buscar en la literatura y vi que no había mucho al respecto, ni tampoco ficción, y me decidí a escribirlo”, explica.

Se trata de un relato que comenzó a pergeñar hace tiempo para el guion de una película, pero lo dejó apartado durante varios años en un cajón porque seguía sin atreverse a enfrentarse a ese terror de infancia. Tardó mucho en decidirse y a idearlo como una novela, hasta que hace dos años lo retomó y contactó con su amigo Francisco de la Fuente para que se encargara de las ilustraciones. Lo finalizó el año pasado y lo revisó en pleno confinamiento por el coronavirus.

Reconoce que el premio de la editorial cordobesa Malas Artes ha sido una alegría y que se le ocurrió enviar esta novela al concurso porque pensaba que cuadraba con lo que buscaban, ya que estaba pensada para el público juvenil y se movía entre lo fantástico y lo sobrenatural.

‘Astral’ narra la experiencia de Dean, una chica de 13 años que empieza a experimentar extraños eventos de separación entre mente y cuerpo, y que la llevan a una realidad paralela, entre la vigilia y el sueño, llamada el Mundo del Ocaso. Allí descubrirá secretos de ella misma y también de su familia, que le cambiará la vida para siempre, relata su autor.

Sobre los motivos de por qué les podría gustar a los jóvenes esta novela, Quiroga asegura que por muchas razones. Una de ellas es que la protagonista es una chica y que además está en ese momento de transición de la infancia a la adolescencia, y que cuando ocurre ese cambio algo se despierta en su interior y empieza a vivir y sufrir estas experiencias extracorpóreas. “Es algo que hace sin buscarlo, aunque realmente es hereditario porque en su familia ha ocurrido muchas veces, pero en secreto”, especifica.

El autor asegura que cree que puede interesarle al público femenino, básicamente porque es una historia de crecimiento y de emancipación personal, hay misterios por resolver y se juega mucho con la fantasía a un nivel cotidiano, es decir, con el hecho de que el mundo sobrenatural nos invada en los lugares más cotidianos, como nuestra casa o el barrio, apunta.

Recuperar pronto la normalidad

Elio Quiroga lamenta el problema que viven no solo las industrias, sino también los profesionales de la cultura por el parón provocado por la pandemia. “Está siendo un momento especialmente difícil para todos. Yo confío en que esto pase lo antes posible y que recuperemos la normalidad y que todas estas personas que están pasando por un momento difícil en sus vidas puedan recuperar el tono y la normalidad. Es vital para cualquier persona. Me imagino ese abismo de no saber lo que será de tu vida el mes que viene. Somos un país de valientes, especialmente en esta tierra nuestra, en la que se ha luchado y se ha emigrado tanto, así que soy consciente de que en cuanto la cosa se normalice nos recuperaremos muy rápido”, afirma.

El confinamiento le ha servido al director de cine y escritor para preparar proyectos que tenía entre manos y ha terminado otra novela que está pendiente de publicación, aunque no puede desvelar más detalles.

Además, el proyecto más avanzado que tiene es una película de animación, de dibujos animados, que se titula ‘Winnipeg, el barco de la esperanza’, coproducida entre España, Chile y Francia, y basada en una novela gráfica de la autora canaria Laura Martel. Se trata de la historia real de un barco que en 1939 trasladó desde Francia a Chile a 2.500 refugiados españoles. Fue fletado por el poeta y político chileno Pablo Neruda para que los españoles que habían tenido que huir de España pudieran vivir en Chile, donde empezaron una nueva vida.

“Es una historia fascinante, Laura Martel ha hecho una obra increíble y la estamos adaptando a la animación con un equipo formado por catalanes, canarios, vascos, chilenos y franceses”, explica el cineasta, quien agrega que la música es de Diego Navarro, un maravilloso compositor y director de orquesta canario.

Reconoce que se le “cae la baba” con este proyecto, que espera tenerlo terminado en 2023, año del 50 aniversario de la muerte de Pablo Neruda. En estos momentos están en la parte inicial ya que se están cerrando los primeros pasos porque las coproducciones son muy complicadas, relata.

Winnipeg, el barco de la esperanza’ servirá como reflexión sobre la inmigración, un tema tan actual, especialmente en Canarias. Reconoce que hay un momento de la película que puede ser trasladado a lo que viven las Islas, y es cuando refleja las manifestaciones en contra de los inmigrantes que ‘venían a quitarle el pan a los chilenos’ y la oposición más conservadora del país utilizó durante el momento que el expresidente Salvador Allende era ministro de Sanidad.

De hecho, explica Quiroga, durante el mes y pico que duró la travesía del barco desde Francia a Chile hubo un intento de golpe de estado en el país sudamericano, que afortunadamente fracasó, pero que casi provoca que el navío tuviera que regresar al punto de partida. “También fue un momento de desinformación y ‘fake news’, en los que se manipuló a gran parte de la población. Hay un par de momentos que dices: está pasando igual”, apunta.

Sin embargo, lo que la película quiere reflejar es el ejemplo maravilloso de cómo Chile acogió a 10.000 españoles con los brazos abiertos, y en ese país empezaron nuevas vidas, se convirtieron en artesanos, pintores y arquitectos, iniciaron familias y ahí están sus hijos y sus nietos viviendo vidas como chilenos. Básicamente le salvaron la vida, resume. 

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