Una valla publicitaria en la vía pública ha reavivado la polémica nunca extinguida acerca de la permanencia del conocido como Monumento a Franco en las calles de Santa Cruz de Tenerife. Una fundación que defiende su valor como patrimonio artístico es la responsable de la reivindicación del que, para muchos, es un escandaloso vestigio de la dictadura en pleno siglo XXI.