El gigantesco buque de lujo, construido en Portugal, opera por Canarias con un pasaje reducido y destaca por su avanzada tecnología
El crucero ‘World Voyager’ se estrena en Canarias con rutas de diez días que recorren las islas con un corredor seguro entre las islas y Alemania. La propuesta atrae a un pasaje muy «aventurero» con una media de 70 años y que paga unos 2.000 euros.
Así lo ha explicado este lunes Daniel Company, el segundo capitán de este buque, cuya tripulación integran 100 personas, y que ofrece a sus 70 clientes la posibilidad de realizar excursiones en «grupos burbuja». Se hacen tanto en pequeños vehículos como en modernas zódiac con motores de 60 caballos.
Origen
El «World Voyager» fue construido en Portugal y, tras ser entregado en 2020, ha comenzado a operar en Canarias. La Península Ibérica permanece cerrada a los cruceros por la COVID-19, si bien espera poder iniciar itinerarios por el Mediterráneo a partir de junio.
Se trata de un buque ecológico, que convierte en cenizas los residuos que genera, navega a una velocidad máxima de 15 nudos (28 Km/h) para contaminar menos. En esta línea, puede producir 60.000 litros diarios de agua potable con un sistema de desalinización por ósmosis inversa.
Equipamiento
Además, opera con tecnología de última generación aplicada a sus mandos, como las cartas electrónicas de navegación que utiliza, y con una domótica muy novedosa que permite mantener al buque en la misma posición GPS.
De hecho esto último es útil para no dañar, por ejemplo, una zona de corales donde no se puede fondear, ha explicado el segundo capitán, de origen catalán.
El capitán español del «World Voyager» ha explicado que en el primer crucero realizado por el buque en Canarias, que culminará este martes donde empezó, eTenerife, la tripulación ha encontrado alguna dificultad a la hora de atracar en puertos pequeños y muy ventosos.
En todo caso, considera que la experiencia ha sido muy satisfactoria hasta ahora, también para los pasajeros, que valoran el buen tiempo del que pueden disfrutar en estas islas.
La operativa del crucero se ve condicionada por las restricciones sanitarias frente a la COVID-19, que impiden, por ejemplo, utilizar los comedores interiores y reserva ese uso para los ubicados en las cubiertas de popa.
Aunque los pasajeros han de presentar una PCR negativa antes de subir al buque, todos los días han de visitar el hospital, donde les realizan un test de antígenos a su llegada y les toman la temperatura.
Su tripulación ha sido entrenada en los protocolos anticovid y el barco cuenta con una helisuperficie para ser usada en el caso de precisarse una evacuación.