En Canarias en el 2018 un total de 193 personas se suicidaron, lo que supuso una tasa de 9,07 personas por 100.000 habitantes
El director del Servicio Canario de la Salud (SCS), Conrado Domínguez, fue el encargado de la apertura del foro científico celebrado de manera online centrado en la depresión y suicidio en Canarias. En este intervinieron profesionales de Salud Mental de la Dirección General de Programas Asistenciales, de la Universidad de La Laguna y representantes de asociaciones.
Además, en el encuentro se abordó la depresión y conducta suicida en el Archipiélago, así como los documentos planificadores existentes que atañen a estas materias.
Durante su intervención, Conrado Domínguez recordó que “la Consejería de Sanidad, a través de los Servicios de Salud Mental de la Dirección General de Programas Asistenciales y del Servicio de Promoción de la Salud de la Dirección General de Salud Pública, ha situado la prevención del suicidio entre sus prioridades. En Canarias se han desarrollado diversas acciones preventivas en los últimos años con una perspectiva estratégica”.
En Canarias, en el último año del que se dispone de datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística, en 2018 un total de 193 personas se suicidaron, lo que supuso una tasa de 9,07 personas por 100.000 habitantes y año, y constituyó la cuarta tasa más alta entre las diferentes comunidades autónomas.
Planificación de la prevención
El Programa de prevención de la conducta suicida en Canarias supone el desarrollo técnico de los objetivos y acciones contenidas en el PSMC. Este programa ha sido coordinado por el servicio de Salud Mental de la Dirección General de Programas Asistenciales y el servicio de Promoción de la Salud de la Dirección General de Salud Pública, y desarrollado por un grupo de trabajo que incluyó a profesionales de Salud Mental, Salud Pública, Atención Primaria, Educación y Servicios Sociales.
Este Programa supone un marco de referencia de inestimable valor para la lucha contra el suicidio en los próximos años en nuestra región.
Esta planificación, si bien toma como base lo establecido en la Línea Estratégica mencionada, amplía su alcance en determinadas áreas. Tales áreas incluyen básicamente las acciones preventivas para mitigar los probables efectos negativos de la pandemia por SARS-CoV-2, la diferenciación de acciones específicas dirigidas a la población infantojuvenil, y los sistemas de información.
Además, el Programa especifica, para cada una de las acciones, el conocimiento científico disponible, las recomendaciones para su desarrollo, los responsables, e indicadores para su evaluación. Por su parte, la priorización y el cronograma proporcionan el marco estratégico y temporal para el desarrollo de las acciones.