El lanzamiento de este misil de medio alcance es la última de una serie de pruebas balísticas más largas de tiempos recientes
Las autoridades norcoreanas han confirmado el lanzamiento al mar de Japón su primer misil de medio alcance en casi cinco años para «verificar» su precisión. Es la última de una de las series de pruebas balísticas más largas de tiempos recientes y concebida, en opinión de los expertos, como una llamada de atención a la comunidad internacional, comenzando por Estados Unidos, para reactivar las paralizadas conversaciones sobre su programa nuclear.
«Tenía como objetivo verificar selectivamente el misil balístico de tierra a tierra de media y larga distancia Hwasong-12 en producción para equipos y verificar la precisión del sistema de armas en general», han publicado las autoridades coreanas.
El ejército lanzó el misil en «el sistema de disparo de ángulo más alto desde el área noroeste hasta el mar del Este en consideración a la seguridad de los países vecinos», ha agregado el comunicado.
Asimismo, Corea del Norte ha «abierto al público los datos de imágenes tomadas desde el espacio con una cámara en la ojiva del misil» para «confirmar la precisión, seguridad y eficacia operativa del Hwasong-12, esgrime el texto.
El misil se lanzó desde Mupyong-ri en Jagang (norte del país), alcanzando una altitud de 2.000 metros y 800 kilómetros de recorrido antes de impactar.
Séptima demostración en lo que va de año
Fuentes militares surcoreanas indicaron que el misil alcanzó una velocidad máxima de Mach 16 (dieciséis veces la velocidad del sonido). Se trata de su séptima demostración de fuerza en lo que llevamos de año; más lanzamientos que en todo 2021.
Expertos consultados por Yonhap apuntaron que la prueba podría ser parte de un esfuerzo a largo plazo para desplegar un misil balístico de mayor alcance. Un misil de esas características sería capaz de atacar el territorio estadounidense de Guam. El lanzamiento también fue un mensaje de marcado carácter político como respuesta a Washington, que ha aumentado la presión de las sanciones.
Reacción de Estados Unidos
Estados Unidos ha condenado el lanzamiento porque es una «clara violación» de múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
La representante permanente de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, ha denunciado que el lanzamiento era «provocativo», y que Estados Unidos está «absolutamente abierto a un compromiso diplomático sin condiciones previas».
«Me comprometeré con nuestros aliados los coreanos, así como los japoneses, que también se ven amenazados por esto para buscar otras opciones de respuesta», ha agregado Thomas-Greenfield.
«Nuestro objetivo es poner fin a las acciones amenazantes que Corea está llevando a cabo contra sus vecinos», ha zanjado.
Corea del Norte en 2017 ya probó el proyectil, Hwasong-12 y en 2018 impuso una moratoria en el lanzamiento de misiles de este tipo para facilitar las conversaciones nucleares.
Como en ocasiones previas, el presidente surcoreano, Moon Jae In, condenó el lanzamiento. También el Mando Indopacífico del Ejército de Estados Unidos ha descrito la prueba como un nuevo acto de «desestabilización».
Fin a la moratoria
El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, había amenazado con poner fin a la mencionada moratoria sobre el lanzamiento de estos misiles. El líder norcoreano pretende también reanudar las operaciones de producción de plutonio en su principal sitio nuclear de Yongbyon. Asimismo, ha dado orden de expandir una planta de enriquecimiento de uranio.
Ahora, la comunidad internacional está pendiente del próximo 16 de febrero, el 80 cumpleaños del difunto líder norcoreano y padre del actual mandatario, Kim Jong Il. Las autoridades norcoreanas podrían aprovechar para exhibir nuevo armamento. Un evento que Corea del Norte ha utilizado a menudo para revelar sus avances militares al mundo.