Una finca de Puntallana recoge las primeras cosechas a pocos metros de la costa después de las pérdidas de café provocadas por las cenizas del volcán
Aunque la historia del café está ligada a La Palma, no fue hasta 2019 cuando se apostó por recuperar su cultivo y crear la primera asociación de cafeteros. Esta finca de Puntallana, que apostó por la modalidad arábica, está recogiendo la primera cosecha después de que la ceniza del volcán provocara la pérdida de la del pasado año.
«Desde que se coge la cereza, hasta que se descascarilla y se muele el café pueden pasar varios meses hasta tener el resultado final», afirma el gerente de Ecofinca Nogales, Vinod Karnani.
Lo novedoso es que se ha logrado cultivar a 120 metros sobre el nivel del mar y que no es normal ver a menos de 800 metros de altura. «Creíamos que sería un café diferente y exclusivo por la salitre del mar», apunta Karnani.
El resultado es un café distinto y exclusivo que se comercializará en La Palma y, posteriormente, en el resto de Canarias.