El Cabildo analizará las aguas en 18 municipios, a través de una inversión de 50.000 euros, para evaluar el riesgo sísmico
El Cabildo de Tenerife va a invertir unos 50.000 euros en la compra de 18 estaciones para los municipios comprendidos entre Güímar y La Orotava con el fin de analizar las aguas subterráneas y evaluar el riesgo de actividad sísmica en la isla.
Así lo ha avanzado el presidente del Cabildo, Pedro Martín, antes de mantener una reunión con varios municipios de la isla y con el coordinador del Involcan (Instituto Volcanológico de Canarias), Nemesio Pérez.
Martín ha comentado que esta medida se incluye en el plan de riesgo volcánico aprobado por el Cabildo hace dos años. «Se trata de implementar el documento y analizar las aguas subterráneas para tener un criterio más exacto de la actividad sísmica», añade.
A su vez, ha informado que cada ayuntamiento nombrará un responsable para gestionar la toma de pruebas y remitir los resultados al Cabildo. El objetivo es tener una evaluación integral de la situación en el plazo máximo de nueve meses.
El presidente del Cabildo ha apuntado también que estos datos «aislados» no tienen valor. No obstante, sí lo tendrían si se relacionan con el resto de estaciones sísmicas y de monitorización termométrica y química, especialmente si hay cambios en su composición química o en la emisión de gases.
Martín: «No hay situación de alarma frente a una erupción inminente»
Martín ha dejado claro que no hay una «situación de alarma». Tampoco ningún indicio de que pueda ocurrir una erupción de forma «inminente», pero entiende que es «fundamental» disponer de toda la información y tratar de conocer en profundidad por qué en los últimos tres años se producen ‘enjambres sísmicos’.
Ya el mapa de riesgo volcánico establece que los municipios con «amenaza alta o muy alta» de erupción se ubican entre San Juan de la Rambla y Guía de Isora. «Ahora se trata de ampliar el espectro para lograr un mapa más amplio», declara Martín.
El presidente ha comentado que la actividad sísmica «ha ido evolucionando» en los últimos con ‘enjambres’ de pequeña intensidad y aumento de la emisión de gases. A su vez, entiende que sería una «irresponsabilidad» no hacer un seguimiento tras lo ocurrido en La Palma.