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29 marzo 2024 12:47 pm

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Encuentran microplásticos en doradas y lubinas de acuicultura

Investigadores de la Universidad de La Laguna han encontrado estos microplásticos en el tracto gastrointestinal de estos peces

Imagen de los restos de microplásticos localizados durante la investigación realizada por la ULL

La revista Polymers ha editado un artículo que muestra la presencia de microplásticos en el tracto gastrointestinal de especímenes de doradas (Sparus aurata) y lubinas (Dicentrarchus labrax) procedentes de granjas acuícolas marinas de la isla de Tenerife. 

El trabajo se realizó por el grupo de investigación en Química Analítica Aplicada (AChem) de la Universidad de La Laguna. El estudio fue coordinado por el profesor titular de Química Analítica Javier Hernández Borges, quién ha puesto una vez más de manifiesto la amplia distribución de los microplásticos en el medio marino, y el elevado grado de afección por estos contaminantes que sufren los organismos que habitan en él. El estudio también señala que el problema no es única y exclusivamente del sector de la acuicultura. Según otros estudios recientemente publicados se observan resultados similares en peces silvestres

Se estudiaron 86 ejemplares

Para la realización de este estudio se adquirieron 86 ejemplares de pescado, 41 de doradas y 45 de lubinas, en diferentes establecimientos de Tenerife. Se procuró que el producto procediera de granjas de acuicultura de la propia isla. Todos los ejemplares fueron diseccionados en una cámara de aislamiento, procediendo a la posterior digestión del tracto gastrointestinal para la eliminación de los tejidos. Tras la filtración del digerido, se procedió a la visualización de los filtrados en una lupa estereoscópica. Los microplásticos fueron clasificados en función de su tamaño, color y forma (parámetros que aportan información sobre su posible procedencia). Una vez identificada su composición por espectroscopía infrarroja de transformada de Fourier. 

De los 86 ejemplares estudiados, se aislaron un total de 450 partículas plásticas, 208 en doradas y 242 en lubinas. En total hubo un promedio de 5,2 partículas por individuo, en su mayoría microfibras. En cuanto a los colores de las fibras, abundaban las incoloras/translúcidas (60,9% para doradas y 47,7% para lubinas), seguidas de las azules (24,8% frente al 35,3%). También se encontraron fibras negras (7,9% frente al 8,7%) y rojas (5,4% frente al 4,2%). En el caso de las doradas se encontraron además fibras blancas y rosadas en un 0,5%. Por su parte las lubinas presentaron fibras amarillas (2,5%), verdes (0,4%) y violetas (0,4%). 

En cuanto a la composición de estos materiales, se observó una prevalencia de fibras celulósicas en un 56,1% (tanto naturales como semisintéticas). Junto a ellas también se localizaron poliéster y poliacrilonitrilo, entre otros polímeros. Los patrones morfológicos y de composición de los microplásticos, similares para ambas especies, coincidieron con otros estudios llevados a cabo por este mismo grupo de investigación en sedimentos marinos y en erizos de mar. Además, en un 5,8% de los ejemplares analizados se detectó la presencia de “marañas de microplásticos”, que constituyen estructuras de mayor tamaño, que podrían potencialmente obstruir el tracto gastrointestinal de los peces. 

Las principales fuentes de contaminación son originadas por seres humanos

En relación a las posibles fuentes de los microplásticos encontrados, se pudo concluir que tienen un origen principalmente antropogénico. Esto quiere decir, originado por seres humanos. En las conclusiones se ha señalado los vertidos de aguas residuales y depuradas como una de las potenciales causas de introducción de este contaminante en el ecosistema marino

El equipo de investigación señala que los efectos de la presencia de microplásticos en el desarrollo y fisiología de los peces no están del todo claros. Sin embargo, consideran que el principio de prevención debería activar un mayor control de la contaminación en las zonas costeras. De igual forma, aunque la evisceración del pescado para su consumo supone una reducción importante del riesgo de entrada de microplásticos en los seres humanos, no elimina del todo esta posibilidad. Se requiere, por tanto, continuar realizando investigaciones en este campo, no solo en poblaciones de peces confinadas, sino también en poblaciones silvestres del archipiélago.

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