Ucrania ejercerá un control sobre la exportación de estos cuatro grupos de productos de grano con el fin de evitar distorsiones en el mercado
Los gobiernos de Polonia, Hungría, Rumanía y Eslovaquia han anunciado que impondrán sus propias restricciones a las semillas de trigo, maíz, colza y girasol procedentes de Ucrania para proteger a sus agricultores de la disrupción en los mercados que causó el incremento de estas importaciones.
La Comisión Europea había concedido un veto excepcional a estos países, además de Bulgaria, por ser los cinco Estados miembro colindantes con Ucrania y «en primera línea», ya que el crecimiento de flujos de cereal ucraniano hacia la UE había generado graves problemas de almacenamiento que hacían peligrar las cosechas domésticas, pero que sí permitía su tránsito hacia otros países de la UE.
Esta medida restrictiva que Bruselas introdujo el pasado 2 de mayo y prorrogó después el 5 junio ha expirado este viernes, 15 de septiembre, después de que Bruselas haya constatado la desaparición de las distorsiones del mercado en los cinco Estados miembro fronterizos con Ucrania, aunque Kiev ha accedido a introducir medidas legales –incluido, por ejemplo, un sistema de licencias de exportación– en un plazo de 30 días para evitar aumentos repentinos en el flujo de los cereales hacia los países colindantes.
Ucrania ejercerá el control del grano
Hasta entonces, y desde este mismo sábado, Ucrania ejercerá un control sobre la exportación de estos cuatro grupos de productos con el fin de evitar distorsiones en el mercado y presentará un plan de acción a la plataforma de coordinación, compuesta por representantes de Bruselas y los cinco Estados miembro implicados, «a más tardar» el próximo lunes, 18 de septiembre.
Sin embargo, el ministro de Agricultura de Hungría, István Nagyde, señaló en la noche del viernes que el gobierno de Viktor Orbán iba a «tomar las riendas» del asunto y extender el veto al grano bajo jurisdicción nacional. «En cualquier circunstancia y por todos los medios, defenderemos los intereses de los agricultores húngaros», apostilló el ministro.
También el ministro de Tecnología y Desarrollo de Polonia, Waldemar Buda, anunció en la noche del viernes que había firmado un reglamento que mantiene la prohibición «en respuesta a la decisión equivocada de la Comisión de no prorrogar el embargo de cereales procedentes de Ucrania».
La prohibición se extiende a otros países
Siguiendo la estela de Hungría y Polonia, también los gobiernos de Eslovaquia y Rumanía decidieron prohibir también a escala nacional la importación de trigo, maíz, colza y girasol hasta finales de año.
El único de los cinco Estados miembro afectados que rechazaba la prórroga del veto es Bulgaria, que no considera que el levantamiento de la medida ponga en peligro la competitividad de los productos agrícolas búlgaros.
Antes estas reacciones, el vicepresidente económico de la Comisión y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis, ha señalado desde la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la UE en Santiago de Compostela que aunque «la salvaguarda sigue siendo una opción en casos de emergencia» lo ideal es que los Estados miembro «abandonen las medidas unilaterales y trabajen en la línea del nuevo acuerdo».
«En este momento es importante que todos los países trabajen con espíritu de compromiso y de forma constructiva», ha apostillado Dombrovskis, quien ha explicado que tanto la Comisión como las autoridades ucranianas seguirán la situación a través de la plataforma para poder reaccionar ante cualquier imprevisto, aunque Bruselas se abstendrá de imponer restricciones mientras las medidas efectivas de Ucrania estén en vigor y en pleno funcionamiento.