Qué pasa tras la fumata blanca

Tras el esperado humo blanco, la siguiente imagen al público será la del cardenal protadiónico que anunciará el esperado ¡Habemus papam! ¿Qué ocurre en ese intervalo de tiempo?

La imagen de la fumata blanca es la más esperada para los fieles católicos y tiene un papel destacado en los medios de comunicación estos días. Significará que uno de los candidatos a pontífice ha alcanzado el apoyo de dos tercios necesario.

Tras la fumata blanca transcurre normalmente una hora hasta que se anuncia el ¡Habemus papam!
Tras la fumata blanca transcurre normalmente una hora hasta que se anuncia el ¡Habemus papam!

La siguiente imagen esperada es la ya famosa de el cardenal protodiácono, en este caso Dominique Mamberti. Será el encargado de pronunciar las palabras tan esperadas tras la fumata blanca: «Annuntio vobis, gaudium magnum ¡Habemus papam!» («Anuncio con vosotros, con gran alegría: tenemos papa). Entre una imagen y otra suele pasar una hora, vemos qué ocurre en ese intervalo de tiempo dentro de la Capilla Sixtina.

Aceptación y nuevo nombre

Aunque todo lo que ocurre dentro de la Capilla Sixtina es secreto, sí se conoce el protocolo que se sigue en cada momento.

Cuando un cardenal de los 133 que participan en este cónclave alcanza el apoyo de dos tercios, el decano del Colegio cardenalicio le pregunta si acepta su elección. Si la respuesta es afirmativa, toca que el candidato elija el nombre con el que quiere ser designado pontífice.

Es en este momento cuando el nuevo papa se retira a la Sala de Lágrimas.

El peso del papado

La Sala de Lágrimas es un espacio en el interior del Palacio Apostólico, justo al lado de la Capilla Sixtina. Es una habitación sencilla que no está abierta al público. Decorada con sobriedad, allí se encuentra todo lo necesario para que el papa se vista.

Allí, el Santo Padre reflexiona antes de ser anunciado. Se dice que allí, los nuevos pontífices suelen llorar ante el peso de la responsabilidad que han de aceptar con el máximo cargo dentro de la Iglesia católica. Un ejemplo fueron las palabras que en 2005 pronunció Joseph Ratzinger, antes de convertirse en Benedicto XVI: «Señor, ¿qué me estás haciendo?».

Tas estos momentos de introspección, al nuevo pontífice le esperan las túnicas papales, en tres tallas para que pueda elegir. También vestirá una estola blanca, mucela, roquete, solideo, un creuz y zapatos nuevos. Aunque este momento se vive en soledad, puede tener asistentes que lo ayuden a vestirse si lo solicita.

Últimos momentos antes del Habemus papam

Una vez ataviado con las vestimentas protocolarias, el nuevo papa regresa a la Capilla Sixtina. Allí es saludado por los cardenales en señal de su reconocimiento como pontífice. 

Es el paso previo al anuncio oficial a los fieles que aguardan en la Plaza de San Pedro, y con ellos, a todo el mundo. Primero sale al balcón de San Pedro el cardenal protodiácono, en este caso Dominique Mamberti. Él será el encargado de pronunciar las famosas palabras: «Annuntio vobis, gaudium magnum ¡Habemus papam!» («Anuncio con vosotros, con gran alegría: tenemos papa).

El nuevo pontífice hará su aparición en el balcón de San Pedro y pronunciará sus primeras palabras como papa, además de impartir su primera bendición ‘urbi et orbi‘. 

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