Los alisios siempre han bañado, al menos que se sepa, los 7.493 kilómetros cuadrados que ocupan las Canarias. Y no sólo el lado tierra, sino también el mar que las circunda. Un fenómeno que ha contribuido a que la atmósfera del archipiélago suela estar en un nivel top en limpieza. Eso, claro está, salvo cuando el polvo subsahariano hace de las suyas. Aún así, todo es mejorable: Un estudio realizado por Ecologistas en Acción demuestra ahora que el confinamiento por el coronavirus ha permitido reducir, en un 60%, la emisión de gases contaminantes en Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife. Es el lado bueno, si algo bueno se le puede ver, de esta dura pandemia.
Los trabajos certifican que el cese del tráfico ha provocado un descenso significativo de las emisiones de dióxido de nitrógeno en toda España. Una selección de 24 ciudades, con 125 estaciones medidoras consultadas, ha servido como conejillo de indias. Y si la media estatal ha arrojado una caída de la polución próxima al 55%, no deja de ser llamativo que en el archipiélago, con menos industrias y hándicaps, este porcentaje se haya desmoronado hasta el 60%.
La investigación se ha llevado a cabo en la última quincena de marzo, tomando como ejemplo series históricas recogidas en los diez años anteriores. Un periodo de tiempo amplio para obviar “sesgos como la presencia de tormentas de polvo o periodos vacaciones”. Lo cuenta, desde su casa de Valladolid y para la Redacción web de Radio Televisión Canaria, Miguel Angel Ceballos, geógrafo ambiental y coordinador del estudio. “En el caso de Canarias, los datos los hemos recogido de ocho estaciones que pueden medir las emisiones de dióxido de nitrógeno en Santa Cruz de Tenerife y de otras dos en Las Palmas de Gran Canaria”. ¿El porqué de la diferencia? Muchas de las primeras están relacionadas con la refinería.
Pureza
En la investigación se ha intentado dejar de lado la medición de las partículas denominadas PM10, que son las que hacen alusión, normalmente, al polvo subsahariano. Siendo así, se puede decir, de un modo gráfico, que la pureza del aire en Santa Cruz de Tenerife ha mejorado en un 62%, mientras que en Las Palmas de Gran Canaria el resultado es de un 59%. La estación medidora del Mercado Central, en esta última urbe, lo atestigua. Si se genera menos dióxido de nitrógeno, aumenta la presencia de ozono. En este caso, la tasa del primero de ellos, el más nocivo, se ha reducido casi en un 70%, mientras que el ozono ha aumentado en otro 50%.
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“Canarias tiene unas condiciones envidiables para poder mantener buenos números”, destaca Ceballos. La costa y los alisios ayudan; también que no se utilice tanto la calefacción eléctrica, y el que “no exista un cinturón industrial, caso del País Vasco”. Si acaso hay un problema el archipiélago sería sus centrales térmicas. “Queman combustible y eso no ayuda”.
Recuerda el experto que la década de los 90 fue más dañina en esto de expulsar al cielo partículas nocivas. “La actual es una situación digna de análisis. Superada la crisis de la pandemia, los ayuntamientos deberían de ponerse a trabajar para conseguir en el futuro niveles de contaminación que, si no tan bajos, al menos sí sean similares a los de ahora”. Apoyar el transporte público, los medios de transporte no contaminantes, las energías renovables y el tránsito peatonal son algunas de las fórmulas que pone sobre la mesa.
[img width=600 height=340 align=»center» caption=»Miguel Angel Ceballos Director del Informe»]211271_MIGUELANGELCEBALLOS.jpg[/img]
Aparataje
Los índices de las 125 estaciones canarias son dignos de aplauso, con cabinas dotadas de aparatos de última generación que aspiran y filtran aire. Los ratios están muy por debajo de los límites legales que marca la Organización Mundial de la Salud. Se pueden consultar en tiempo real. Y eso que hace tan sólo un mes y medio en Canarias se tuvo que soportar la peor atmósfera del planeta, con niveles de partículas de microgramos por metro cúbico disparados por encima de las 800 unidades. Cosas de la calima.
[img width=600 height=340 align=»center» caption=»Attenya Campos Doctora Arquitectura Sostenible y Jose Antonio Valbuena Consejero Regional de Transicion Ecologica»]211271_ATENYAYVALBUENA.jpg[/img]
Ahora bien, esta circunstancia, la que ahora respiramos, es pasajera. La alarma desaparecerá algún día y volverán las actividades. Lo tiene claro también Attenya Campos, doctora en Arquitectura Sostenible e investigadora en la Universidad Europea de Canarias. Apuesta sin ambages por “cambiar el modelo de movilidad”. Es “más factible que reducirlo. Tirar de vehículo eléctrico puede ser una de las claves”, detalla. “Ahora espero que los políticos tomen nota y fijen sus intereses en la salud de las personas. Es lo que deberían hacer”.
Datos demoledores
Recoge el guante el consejero regional de Transición Ecológica, José Antonio Valbuena, “sorprendido” por unos datos “demoledores, ya que desvelan la incidencia de la acción humana sobre el Medio Ambiente. Sobra decir que hay que aprovechar las circunstancias y conocer la realidad de cómo sería un mundo sin el tráfico rodado de los niveles habituales”.
Valbuena intenta verle el lado positivo al confinamiento. “Este trabajo nos debe servir para plantear cambios de hábitos relacionados con la movilidad y el tráfico una vez que recuperemos la normalidad”. Las variaciones las ve incluso en las afueras. “Es llamativo ver cómo hay cetáceos que ahora se acercan hasta la costa a unas distancias inimaginables. El principal problema que tiene este planeta es el ser humano, y que sin él tendríamos otro planeta totalmente distinto”.
Y alguien que ha trabajado de cerca en la universidad y con los dos ámbitos, el de la política y el del ecologismo, es el actual concejal de Medio Ambiente de Telde, Álvaro Monzón, que ha seguido con interés el fenómeno.
[img width=600 height=340 align=»center» caption=»Alvaro Monzon miembro del colectivo ecologista Turcon y concejal de Medio Ambiente de Telde»]211271_4.-ALVAROMONZON.jpg[/img]
Su ciudad, la cuarta del archipiélago, se vio especialmente sacudida por la calima de febrero.
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Cuestionado sobre el actual panorama, alerta de que se pueda dar “un efecto rebote” si al terminar el Estado de Alarma nos lanzamos como locos a las ‘calderas’. “Debemos aprender la lección de todo lo que está pasando, y creo que una de las cuestiones a plantear es el abaratamiento, o gratuidad, del transporte público para determinados sectores”. Mientras unos y otros cumplen con sus sueños, podemos disfrutar aún de un aire muy puro; siempre con el deseo de que la pandemia tome igualmente viento fresco.