El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha revindicado desde Lanzarote la memoria de José Saramago (1922-2010) para honrar al Nobel portugués con «un tiempo de cambio» y de «esperanza» tras la pandemia
Informan: Estefanía de Blasio /Salvador Cruz
Sánchez ha participado este miércoles en A Casa, la residencia en Lanzarote de Saramago, al acto en el que la Fundación que custodia el legado del escritor ha avanzado las líneas generales de la programación de su centenario, con un mensaje en el que ha remarcado que al autor del «Ensayo sobre la ceguera» no solo hay que recordarlo, sino que, fundamentalmente, hay que «reivindicarlo».
El presidente ha tomado prestada una cita de Saramago –«las energías vuelven cuando la esperanza vuelve»- para subrayar la esperanza que percibe en los signos de recuperación de la economía española y, sobre todo, en los progresos de la campaña de vacunación, así como para remarcar el valor que tienen para una sociedad cada vez más concienciada por la justicia social y el cambio climático referentes como fue el Nobel portugués.
«He hablado con optimismo sobre la vacunación y la recuperación… y puede resultar extraño en esta casa, en la casa de un reputado pesimista. Sin embargo, quizás esa idea de Saramago no sea tan cierta como parece, porque fue, a fin de cuentas, un hombre lleno de energía, lleno de bondad. Y eso, siguiendo su propia frase, es una señal indudable de esperanza», ha añadido.
Pedro Sánchez ha asegurado que, releyendo la obra de Saramago, visitando de nuevo su casa, tiene «la impresión» de que el escritor no era tan pesimista como se lo ha descrito, sino que en realidad era un «gran impaciente», alguien al que llenaba de «impaciencia y desasosiego» ver que no llegaba esa «sociedad más libre, más cohesionada, construida sobre fundamentos profundamente humanos» que ansiaba.
Por eso ha considerado que, «ahora que las energías vuelven, porque la esperanza nunca se perdió del todo», se puede honrar la memoria de José Saramago trabajando por aprovechar «un tiempo de cambio», sin conformarse con «volver al punto de partida», y por contribuir a que esa sociedad que «soñaba» esté cada vez más cerca.
Evoca a César Manrique
Sánchez ha dejado claro, en este contexto, que «España se toma muy en serio» las advertencias que contiene el último informe de Naciones Unidas sobre cambio climático y, sin salir de Lanzarote, ha evocado a otro referente en el que inspirarse: César Manrique.
«Sin un presente sostenible el planeta no tiene futuro», ha señalado el jefe del Ejecutivo, que considera que ese es algo que aceptan ya incluso los que hace unos años negaban el cambio climático y sus efectos sobre diferentes ámbitos de la vida.
«Lanzarote no es mi tierra, pero es tierra mía», escribió un día Saramago, cuya obra quedó profundamente marcada por la isla. Esta, por boca de la presidenta del Cabildo, Dolores Corujo, le ha devuelto el cumplido doce años después de su muerte: «José Saramago no es nuestro hijo, pero es hijo nuestro».
Pilar del Río, viuda del escritor y presidenta de su fundación, ha incidido en ese mensaje, al recitar, emocionada, un poema escrito 30 años antes de que se mudara a Lanzarote, «Una isla apenas habitada», cuyos versos le sugieren que José Saramago ya estaba destinado a vivir en este rincón del Atlántico.
«Decía José Saramago que si prestamos atención a las cosas pequeñas, acabaremos entendiendo las grandes», ha continuado Del Río, convencida que no hay nada más oportuno que celebrar una parte fundamental de su centenario en Lanzarote y recordar lo que el escritor significa tanto para Portugal como para España.
Sin llegar a avanzar ningún acto concreto, ha anunciado que el centenario contará con recitales, conciertos, publicaciones, exposiciones, pero, sobre todo, con una idea en la que ha querido hacer énfasis: la reivindicación de la cultura; esa cultura, ha añadido, que ayudó a tantos durante los meses de confinamiento y que ahora necesita que la sociedad no la relegue de nuevo.
El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, ha coincidido con Sánchez en evocar la «conciencia social y ambiental» de Saramago y que, a su juicio, le conecta con el legado de César Manrique.
«Saramago era un escritor de origen portugués, pero de corazón conejero, canario, español», ha aseverado