La profundidad de los seísmos unido a que la deformación del suelo no es significativa y a que se mantiene la presión de los gases lleva a que los científicos no vean «nada probable» un nuevo centro emisor alejado del cono
Un dedo de la colada principal que emerge de la erupción volcánica de Cumbre Vieja, en La Palma, se ha separado de la ruta seguida por el magma a una distancia de unos 350 metros de la costa y ha arrasado con más cultivos de plátanos, así como con depósitos y algunas edificaciones.
Esta lava ha alcanzado el mar entre la playa de Los Guirres y El Charcón, zona en la que en 1949 el volcán San Juan creó una fajana, según han dicho la directora del Instituto Geográfico Nacional en Canarias, María José Blanco, y el director técnico del Plan de Prevención de Riesgo Volcánico, Miguel Ángel Morcuende.
Morcuende ha explicado que esta bifurcación se ha podido producir porque en su avance hacia el mar esta colada se ha encontrado con un terreno divisorio y se ha extendido por encima, al tiempo que no ha descartado que se produzcan mas daños en inmuebles y cultivos de la zona.
Además, los integrantes del Pevolca han destacado que se ha producido un empeoramiento en la calidad de aire, debido a una inversión térmica a altitudes de entre 600 y 700 metros y al viento débil, que dificulta que se diluyan las nubes de ceniza y dióxido de azufre.
Esta situación, han dicho, se mantendrán hasta el sábado y afecta al aeropuerto de La Palma, que permanece inoperativo.
La calidad del aire es «regular»
La calidad del aire, que en días pasados era buena, ahora es solo «regular», después de que en las estaciones de medición se hayan detectado en la pasada madrugada «picos» de 667 microgramos de dióxido de azufre por metro cúbico, lo cual supera el umbral de alerta, situado en 500 microgramos.
Morcuende ha explicado que estos niveles «no hay afección para las personas que no tengan problemas de deficiencia inmunitaria», y en concreto el Pevolca aconseja a quienes tengan enfermedades pulmonares o bronquiales o a quienes tengan asma o deficiencias cardíacas que permanezcan en sus casas y que en caso de salir sea por el tiempo imprescindible y con mascarilla FFP2.
No hay motivos para pensar en un nuevo foco emisor
Los representantes del Pevolca se van a reunir con vecinos de Fuencaliente y Villa de Mazo, municipios en cuyo subsuelo se concentran la mayoría de los movimientos sísmicos, algunos sentidos, para explicarles lo que hay que hacer en caso de evacuación pero sobre todo para tranquilizarles, ya que nada hace pensar en que vaya a surgir un nuevo centro emisor separado del cono volcánico.
Pese a que este jueves se ha producido un terremoto de magnitud 4.3 en Villa de Mazo, sentido en casi toda la isla, ha sido a 35 kilómetros de profundidad, y de hecho la mayoría de los movimientos, aunque han aumentado en número e intensidad, se mantienen a 10 o 15 kilómetros de la superficie, han subrayado los expertos.
Eso unido a la deformación del suelo no es significativa y a que se mantiene la presión de los gases lleva a que los científicos no vean «nada probable» un nuevo centro emisor alejado del cono, aunque en un evento volcánico las condiciones están sujetas a cambios, ha matizado Morcuende.
431,2 hectáreas y 26,47 km de carreteras afectadas
El director técnico del Pevolca ha actualizado los datos sobre la superficie afectada por la lava, que alcanza 431,2 hectáreas, 9,27 hectáreas más que la víspera.
A su paso, además de viviendas y cultivos, el magma ha sepultado también 26,47 kilómetros de carretas, de los cuales 17,13 en el municipio de Los Llanos de Aridane, 5,63 kilómetros en el de El paso y 3,71 kilómetros en el de Tazacorte.
En cuanto al volcán, el nivel de explosividad se mantiene en dos, de una escala de ocho, y siguen activos tres centros emisores en el cráter y uno en el lateral norte del cono.
La altura de la columna de gases y cenizas se sitúa en 3.200 metros y la emisión de dióxido de azufre sigue en valores altos, con 13.100 toneladas diarias, mientras que la emisión difusa de dióxido de carbono en la zona es de 1.596 toneladas diarias.
El delta lávico sigue creciendo en dirección norte sur con una afección al agua de mar que llega a profundidades de 250 metros y una distancia desde la costa que alcanza los 500 metros.