El Panadería Pulido San Mateo, el equipo modesto fundado por una familia de panaderos que se batirá con la Real Sociedad en la Copa del Rey
El caso del Club de Fútbol Panadería Pulido San Mateo es atípico, singular. No resulta habitual que a un equipo se le haya conocido desde sus inicios por el nombre de quien lo patrocina, y no por el de la localidad a la que representa. Y mucho menos, que el nombre de ese establecimiento aparezca en el escudo. La razón es simple: la panadería fundó el club y, por tanto, da nombre a la entidad deportiva.
El ‘Pulido’, como siempre se le ha conocido en el ámbito futbolístico regional, es un modesto equipo de fútbol de la Vega de San Mateo, localidad con 7.500 habitantes en el centro de Gran Canaria, fundado hace 28 años por un grupo de amigos, entre ellos el dueño de Panadería Pulido, un establecimiento de este sector consolidado en la isla y que ya camina por su cuarta generación.
Desde sus inicios, el equipo siempre estuvo compitiendo en el fútbol regional y, tras solo cinco temporadas en el grupo canario de Tercera División, en junio de 2021 consiguió dar el histórico salto a la Segunda RFEF, categoría de nueva creación, la cuarta en el nuevo orden del fútbol español.
La Real Sociedad, el rival del Panadería Pulido
Después de esa gesta, el club vuelve a ser actualidad porque el sorteo de la Copa del Rey le ha deparado un enfrentamiento histórico contra un rival de Primera División, y no uno cualquiera: la Real Sociedad, ganador de dos ligas consecutivas en la década de los años ochenta. Un premio para unos jugadores que después de casi tres meses, aún persiguen su primera victoria liguera.
Con un modesto campo, con capacidad para 650 espectadores, el club se ha visto obligado a trasladar el partido copero del próximo 1 de diciembre al estadio de Gran Canaria, con un aforo cuatro veces mayor que toda la población de San Mateo.
«Al conocer el nombre del rival se te ponen los pelos de punta y la emoción te invade. Es como si nos hubiese tocado la lotería, algo impensable», reconoce Cristo Rodríguez, director-gerente de Panadería Pulido, hijo del fundador del club hace casi tres décadas, cuando en el municipio no había ninguna instalación de fútbol.
La empresa que dirige junto a su hermana Yaiza cuenta en la actualidad con unos 3.500 metros cuadrados distribuidos en varias plantas, da trabajo a 120 personas y tiene siete puntos de venta propios; además de su sede principal, en San Mateo, también está presente en el municipio de Santa Brígida y en la capital grancanaria, en sus principales zonas comerciales.
Asimismo suministra, en menor medida, a otras islas como Fuerteventura, Lanzarote y Tenerife.
El equipo comenzó para fomentar el deporte entre los jóvenes
Cristo Rodríguez explica que la panadería nació en 1923 «como un hobby», impulsada por sus bisabuelos, en una época con escasez de materias primas, pero la aceptación del público acabó convirtiéndolo en un oficio. Y así, desde aquellos primeros repartos que se hacían en burro, hasta hoy, casi un siglo después.
Es en los años setenta, en la tercera generación, la de su padre, cuando la empresa se expande y se ubica en el centro de San Mateo. Y más adelante surge la idea de formar un equipo de fútbol en una localidad donde el rey era el deporte vernáculo de la Lucha Canaria, representado con el emblemático Tinamar.
«El fundamento principal era que los chicos del municipio pudiesen practicar deporte. Ni siquiera existía campo de fútbol, se tuvo que hacer. Durante mucho tiempo hemos soportado la economía del club, aunque desde hace unos años, cuando el equipo ascendió a Tercera División, se han sumado los estamentos públicos con un aporte fundamental», añade Rodríguez.
El director-gerente de Panadería Pulido detalla que desde los inicios siempre han estado «ahí, como un ente paralelo, como el alma del club que siempre ha formado parte de la toma de decisiones en el día a día, pero sobre todo para intentar extrapolar al equipo los valores de nuestra empresa: humildad, sacrificio y trabajo».
Hoy en día, la entidad deportiva tiene una escuela de fútbol y, en la base, a equipos de categoría benjamín, alevín, infantil, cadete y juvenil. Este año, además, se ha creado un equipo de Segunda Regional para abastecer de jugadores al de Segunda RFEF. Con un presupuesto de algo más de medio millón de euros, es de los clubes más humildes de la categoría.
El Panadería Pulido jugó una vez en Anoeta
Rodríguez, al igual que otros trabajadores de la panadería, jugó en las categorías inferiores del equipo. Y recuerda con especial cariño la visita precisamente a San Sebastián para disputar la Donosti Cup en su etapa cadete y juvenil. «Estuvimos en el estadio de Anoeta y fue impresionante», subraya.
De la actual plantilla de jugadores, en la que hay variados oficios como ingenieros o empleados de supermercado, pone como «ejemplo a seguir» y «espejo para la cantera» al defensa Rubén Silva, quien ha desarrollado toda su carrera deportiva en San Mateo, tomando el relevo del histórico extremo zurdo Pedro Vega, natural del municipio, un «icono y referente» por su «juego eléctrico» que deslumbró hace dos décadas en la UD Las Palmas, además de otros clubes peninsulares en Segunda División y Segunda B.
Al Panadería Pulido le hubiera «encantado» jugarse la eliminatoria a partido único contra la Real Sociedad en su campo, pero la modesta instalación no cumple con los requisitos exigidos para un evento deportivo de esta magnitud.
Por ello, lo hará en el estadio de Gran Canaria, sobre césped natural y con un rectángulo de mayores dimensiones. «En lo futbolístico nos viene peor», reconoce Cristo Rodríguez, pero confían en «convertir en naranja» -el color del equipo- el recinto de Siete Palmas en el día más importante de su historia. Para este modesto club isleño, el sorteo de Copa vino con un pan bajo el brazo.