Según el Pevolca, se está produciendo un descenso de todos los parámetros de la erupción volcánica de La Palma
La lava discurre «fundamentalmente» por la zona central y en dirección a la colada 9, a la que llega sobre todo por tubos lávicos, según el Pevolca.
Desde el Instituto Geográfico Nacional comentan que la presencia de dióxido de azufre continúa alta. También recuerdan que hace unas semanas se produjo una intensificación de la sismicidad tras unos días de pocos sismos.
La colada 11 produjo afecciones importantes en viviendas hace unos días, mientras que la 9 ha aumentado ligeramente su posición hacia el sur para ganar terrenos.
El resto de la energía va hacia la formación de otra isla baja, que se pega al delta lávico que formaron las coladas 1 y 2.
La sismicidad es baja e incluso muy baja en algunas profundidades, y el tremor es cada vez menor. También desciende la presencia de dióxido de azufre y hay estabilidad en la falta de deformación.
El director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, apunta a que a pesar de lo anterior no hay datos que permitan hablar de un fin próximo de la erupción, y eso se debe a que los niveles son bajos pero «no lo suficiente».
Hay 1.184 hectáreas destruidas y otras 90 hectáreas de plataneras aisladas que se perderán
Las personas albergadas en hoteles se sitúa en 555, dos menos que ayer. 411 están en Fuencaliente, 69 en Los Llanos de Aridane y 75 en Breña Baja, Además, otras 43 personas con dependencia están en centros sociosanitarios de la isla.
Las hectáreas destruidas son 1.184 y, según datos del catastro, los daños afectan a 1.628 hectáreas. De éstas, 1.304 son de uso residencial, 179 agrícola, 74 industrial, 40 de ocio y hostelería, 15 de uso público y 16 de otros usos.
En cuanto a cultivos se han destruido 359,82 hectáreas de plataneros, 62,34 de viñedos y 27,33 de aguacates. Las hectáreas afectadas por la ceniza pero no destruidas son 412 de plataneras, 128 de viñedos y 84 de aguacates.
Sin embargo hay 90 hectáreas de plataneras que no se pueden regar porque han quedado aisladas por la lava. El cultivo podrá recuperarse en el futuro, pero en estos momentos se perderán porque es «imposible» entrar a regar.