Bernardo Álvarez ha declarado durante poco más de una hora en la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife
El obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, ha comparecido este miércoles ante la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife por sus declaraciones en las que comparó homosexualidad con alcoholemia, por si pudieran ser susceptibles de un delito de odio.
Bernardo Álvarez no ha querido hacer declaraciones a los medios de comunicación ni a la entrada ni a la salida del Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife, adonde acudió poco antes de las 10 horas de la mañana con rostro visiblemente serio.
El obispo, que compareció ante la Fiscalía durante poco más de una hora, calificó la homosexualidad como «pecado mortal» en una entrevista a Televisión Canaria.
Por este motivo, la Fiscalía ha abierto diligencias informativas para determinar si las palabras de Álvarez son constitutivas de un delito de odio.
CCOO solicitó la investigación
El sindicato CCOO solicitó a la Fiscalía que investigase al obispo de Tenerife por sus declaraciones sobre la homosexualidad. El sindicato consideraba que podían «ser tipificadas como delito de odio».
Mientras, la asociación LGTBI Diversas lanzó una campaña en internet pidiendo el cese del obispo.
Al respecto, Álvarez envió un comunicado de prensa en el que pidió perdón y admitió que no estuvo «acertado».
El obispo pidió perdón «a cuantos haya podido ofender con mis palabras, de manera especial a las personas LGTBI, a quienes expreso mi respeto y consideración».
Las palabras de Bernardo Álvarez en el programa «Buenas tardes, Canarias» causaron un enorme revuelo y generaron un rechazo en la sociedad y en la clase política. Numerosas figuras públicas se posicionaron en contra de los comentarios del obispo, incluso el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, que las calificó de «inaceptables«