La proteína LRP3, prácticamente desconocida hasta ahora, disminuye los niveles de la proteína precursora amiloide y de beta amiloide. Ambas está implicadas en la formación de placas en el cerebro de las personas con alzhéimer. Es la conclusión de un estudio liderado por el Instituto de Neurociencias de Alicante.
En la investigación participan la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Se ha hecho con muestras de corteza frontal, procedentes de un banco de cerebros de personas de mediana edad sanas y con enfermedad de Alzheimer.
La investigadora principal del estudio, Inmaculada Cuchillo, ha explicado que este estudio ha permitido averiguar que una proteína denominada LRP3 controla los niveles de beta amiloide, la proteína que se acumula en el cerebro de las personas con alzhéimer formando las placas que caracterizan a esta enfermedad.
«Cuando estudiamos la función de LRP3 descubrimos que influye mucho sobre los niveles de la proteína precursora de beta-amiloide (APP, por sus siglas en inglés)», ha precisado Cuchillo. La investigadora es miembro del grupo ‘Mecanismos moleculares alterados en la enfermedad de Alzheimer y otras demencias’ de la UMH.
Cada año se diagnostican en España 40.000 casos de Alzheimer
Cuchillo ha asegurado que la β-amiloide «es el principal componente de las placas que se encuentran en abundancia en el cerebro de las personas con la enfermedad de Alzheimer» y que la LRP3 «sería un factor beneficioso. Como es capaz de controlar los niveles de APP y de β-amiloide, podría ser una nueva diana terapéutica y una vía hasta ahora inexplorada de investigación en Alzheimer».
La investigadora ha recordado que anualmente se diagnostican en España 40.000 casos del mal de Alzheimer. Se han escrito cerca de 200.000 artículos sobre esta enfermedad, pero ha asegurado que «toda la investigación realizada hasta ahora sobre el alzhéimer ha sido muy útil, pero no se ha traducido en nuevos tratamientos».
Ha señalado que «hay que arriesgar y abrir nuevas líneas de investigación para intentar llegar a terapias más efectivas».
Se abre una nueva vía de investigación
La investigación se ha llevado a cabo con muestras humanas de corteza frontal procedentes del Banco de tejidos del Instituto de Neuropatología del Hospital Universitario de Bellvitge. Se analizó la expresión de LRP3 en personas de mediana edad sanas y con enfermedad de Alzheimer.
«Vimos que en los cerebros de pacientes de alzhéimer los niveles de LRP3 estaban disminuidos al comienzo de la neurodegeneración. Es decir, que podían perder este papel protector del LRP3 respecto a los niveles de β-amiloide al comienzo de la demencia. Esto podría ser un lastre durante el desarrollo de la enfermedad», ha apuntado Cuchillo.
Los investigadores han descubierto que el ApoER2, otro receptor que se encuentra en la membrana de las neuronas, favorece el aumento de niveles de LRP3 y regula la formación de placas amiloides en el cerebro.
Con la identificación de la función presumiblemente neuroprotectora de la proteína LRP3, desde el Instituto de Neurociencias han asegurado que se abre una nueva vía de investigación hasta ahora desconocida. Puede llevar al descubrimiento de nuevas dianas terapéuticas más efectivas para modificar o frenar el curso de la enfermedad de Alzheimer.
«Nuestro interés ahora es la relación entre ApoE y LRP3. Sabemos que ApoE4 es un factor de riesgo de Alzheimer. Sería interesante averiguar su relación con LRP3. Y de forma indirecta, su efecto en los niveles de APP y β-amiloide», ha apuntado Cuchillo.
La investigadora ha asegurado que «cada persona tiene una de las formas de ApoE, ya sea ApoE2, ApoE3 o ApoE4, pero todos tenemos LRP3. Descubrir la relación entre las distintas formas de ApoE y LRP3 es muy importante», ha concluido.