La ruta turística proporciona un listado de lugares para disfrutar experiencias vitívinícolas. Además, dispone de un guía que orienta a los turistas entre diferentes establecimientos, donde podrán disfrutar de catas de vino y queso
La Ruta del Vino de Gran Canaria da un paso más y, este miércoles día 8, se han unido nueve socios. Entre ellos, cinco municipios que desarrollarán el sello de ENOturismo. El enoturismo, también conocido como turismo del vino, parte de que el vino tiene su propia cultura, arquitectura y paisaje, por lo que es una pieza fundamental de una región, así como de su medio.
Asimismo, bajo el lema «hacemos vino y embotellamos paisajes«, la Ruta del Vino de Gran Canaria es más que un recorrido. Se trata de un listado de lugares donde disfrutar de experiencias vitivinícolas. Enseñan «diferentes valores culturales y valores del sector primario«, afirma Anabel Calderín, fundadora de la granja escuela La jaira de Ana. La ruta turística también promociona los maridajes con queso, a través de un guía especializado.
Este año, cuatro establecimientos y, por primera vez, cinco municipios se unen a esta ruta: Sta. María de Guía, Tejeda, Agüimes, San Bartolomé de Tirajana y Santa Brígida que albergará la futura finca experimental del vino. Esta última será un lugar de experiencia e investigación.
La vid en Canarias
La Asociación Ruta del Vino de Gran Canaria explica que «los cultivos de la isla consisten en policultivos, en los que la cepa comparte espacio con otras plantaciones, de forma original y curiosa. Junto a sus ubicaciones en escenarios de elevada belleza y vocación turística, generan paisajes de gran interés y, además, únicos».
Cabe destacar que el cultivo del vino en Gran Canaria que ha crecido con la incorporación de 15 nuevas hectáreas.
