La ELA es una enfermedad neurodegenerativa sin cura y, aunque actualmente está más visibilizada, muchas personas desconocen su existencia. Cati Martín es una de las heroínas que sufren de esta enfermedad, que aunque ha conseguido imposibilitar su movimiento y habla, no le ha borrado la sonrisa
La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad neurodegenerativa para la que no hay cura. Un estudio de la revista científica Iatreia revela que cerca del 10 % de los pacientes tienen patrón hereditario.
Las manifestaciones físicas y mentales «incluyen signos de daño de las neuronas motoras superior e inferior tanto en las extremidades como en la musculatura bulbar. En algunos pacientes hay deterioro cognitivo frontotemporal», apunta el artículo ‘Esclerosis lateral amiotrófica: actualización‘, de la revista Iatreia.
«La ELA sigue su curso, no se para ni se detiene, no se estabiliza, y es una enfermedad donde el tiempo marca la diferencia«, apunta el Presidente Asociación TeidELA, Marcelino Martí.
La sonrisa de Cari Martín
Por ello, muchas personas que padecen ELA pierden la capacidad de comunicarse y quedan postradas en una silla de ruedas. Este es el caso de Cati Martín, una periodista deportiva y profesora de infantil que en pleno confinamiento notó como le fallaba la pronunciación. Su diagnóstico fue difícil: tenía ELA.
En apenas dos años ha perdido la capacidad de comunicarse o de caminar. No obstante, sus familiares le dan voz, sobre todo este martes 21 el Día Mundial Contra la ELA. «Las personas con ELA y sus familias tienen mucho coraje para afrontar y adaptarse a tantos cambios y muchas pérdidas en poco tiempo», subraya la psicóloga Emma Roquería.
No obstante, la enfermedad no ha conseguido borrar la sonrisa de Cati, quien aún sigue disfrutando de la compañía de las personas que están a su alrededor.