El Cabildo majorero y el Gobierno de Canarias no se ponen de acuerdo sobre la ampliación de la condición de Bien de Interés Cultural a toda la montaña de Tindaya. El órgano insular entiende que no existen nuevos elementos que justifiquen la medida
El debate sobre el futuro de la montaña de Tindaya, en Fuerteventura continúa. El Cabildo ha presentado alegaciones en contra de la ampliación del Bien de Interés Cultural (BIC) que propone el Gobierno de Canarias. Entienden que no existen nuevos elementos etnográficos que justifiquen la medida.
La cima de la montaña de Tindaya cuenta desde el 2013 con la protección BIC. Una protección otorgada por los más de 300 podomorfos grabados en piedra traquita. El Gobierno de Canarias quiere ampliar la protección al resto de la montaña. Sin embargo, desde el Cabildo no están de acuerdo y han presentado alegaciones al expediente.
En este sentido, Rayco León, consejero de Patrimonio del Cabildo de Fuerteventura, asegura que «la forma en la que se ha producido por parte del Gobierno de Canarias» la presentación del expediente «no se ajusta a los procedimientos». Considera que «deberían realizarse estudios previos a partir de los cuales se puedan establecer los elementos para declarar un nuevo BIC, a parte del que ya está para los grabados rupestres».
Una montaña sagrada
Tindaya fue una montaña sagrada para los majos. Se trata de la única en forma piramidal que brilla con los rayos del sol y con una piedra de color blanquecino. Según las investigaciones, lo sagrado no son los grabados sino la montaña, que llevó a los aborígenes a sacralizarla grabando siluetas.
Por su parte, Jesús Giráldez, portavoz coordinador de la Montaña de Tindaya, considera un «contrasentido absoluto que tanto desde la parte técnica como la dirección política de esa consejería de Patrimonio, estén poniendo obstáculos, haciendo lo contrario de lo que supone que debieran hacer».
En esta misma línea, Nona Perera, directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, ha declarado que «cuesta creer que un Cabildo, que tiene la obligación y además debe tener la devoción de proteger su patrimonio, evite de esta manera la investigación en Tintaya».