Este domingo se cumplieron cien días desde el comienzo de la acampada multitudinaria que terminó con la dimisión del ex presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa
Apenas han transcurrido 100 días desde que miles de personas comenzaron una acampada multitudinaria en Colombo exigiendo la dimisión del presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa. Un objetivo que una vez alcanzado ha calmado los ánimos de los manifestantes, deseosos de poner fin a la crisis política en la isla.
Tras la dimisión el viernes de Rajapaksa, las protestas han ofrecido una tregua a la formación de un nuevo gobierno. En este tiempo los partidos políticos han estado trabajando por llegar a acuerdos que den pie a la designación de un nuevo presidente el próximo 20 de julio.
Hasta entonces, Ranil Wickremesinghe, quien fue designado por Rajapaksa como su sucesor antes de que este abandonase Sri Lanka el miércoles, ocupa de forma interina la Jefatura de Estado de Sri Lanka.
Wickremesinghe se encuentra en el centro de las críticas de los manifestantes al ser visto como un aliado del expresidente.
Cien días en el epicentro
Pese a que las protestas comenzaron a finales de marzo, no fue hasta el 9 de abril cuando miles de personas empezaron una acampada en el parque Galle Face, en Colombo. El reclamo de la multitud congregada no era otro que la renuncia de Rajapaksa.
La plaza, ubicada frente al edificio de la Secretaría Presidencial, comenzó a llenarse de tiendas de campañas, baños portátiles y todo tipo de facilidades que la transformaron en el epicentro de la lucha contra el poder.
Este domingo se cumplieron cien días desde el comienzo de la acampada, pero la tranquilidad de haber vencido al enemigo pareció llenar de tranquilidad a la gente. En las últimas jornadas apenas se han organizado pequeñas celebraciones para conmemorar la centena.
Reclaman la dimisión de Ranil Wickremesinghe
No obstante, siguen siendo muchos quienes no se conforman con la dimisión de Rajapaksa, y reclaman la de Wickremesinghe. Le acusan de no cumplir con la promesa de renunciar al cargo de Primer Ministro, como anunció el 9 de julio, cuando un grupo de manifestantes irrumpió en su residencia oficial.
«Dijimos durante el 50 aniversario que ahuyentaríamos a Gotabaya Rajapaksa antes del día 100. Hemos logrado esto. Hemos ganado mucho durante estos 100 días. Continuaremos nuestra lucha», dijo a Efe, Manodhya Jayaratne, uno de los manifestantes.
«Ahora estamos diciendo que nos desharemos de Ranil antes del día 150», agregó.
Wickremesinghe anunció su intención de dimitir tras el asalto a su residencia, pero rechazó hacerlo tras su nombramiento el miércoles como presidente en funciones. Este mismo viernes tomó posesión de la Jefatura de Estado como presidente interino.
Crisis institucional
Sumida en una grave crisis económica e institucional, los partidos políticos de Sri Lanka ya trabajan por designar a un nuevo presidente interino. El nuevo presidente estará a cargo de la nación hasta 2024, cuando se celebren nuevas elecciones presidenciales.
Uno de los nombres que suena con más fuerza para ese puesto es el líder opositor, Sanjith Premadasa, quien ya compitió por la presidencia en 2019. Entonces quedó en segundo lugar tras la victoria de Gotabaya Rajapaksa.
Premadasa afirmó haber comenzado una campaña «para tratar de persuadir a los parlamentarios que se oponen a nosotros» a votar junto a su partido.
Una tarea difícil, ya que el Sri Lanka Podujana Peramuna (SLPP), la formación de Rajapaksa, ostenta la mayoría de los escaños parlamentarios. El político dijo haber intentado «explicarles la inutilidad de continuar apoyando la política corrupta y de compinches de Rajapaksa», añadió en Twitter.
Precisamente un portavoz del SLPP indicó que una fracción del partido respalda la candidatura del actual presidente interino Ranil Wickrremesignhe para el cargo. Mientras que otra fracción apoya a Dullas Alahapperuma, un disidente del partido.
Una división de opiniones que requerirá la formación de alianzas con otros partidos para hacer valer al candidato elegido.
El Parlamento designará al nuevo presidente el próximo 20 de julio mediante una votación secreta en la que participarán los 225 diputados de la Cámara.
Una de las principales labores del nuevo presidente será la de formar un nuevo Gobierno, después de que la vacante de primer ministro haya quedado libre tras la nueva designación de Wickremesinghe.
Ese Gobierno resultará fundamental para retomar las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre un posible rescate financiero de Sri Lanka, que atraviesa la peor crisis económica desde su independencia del imperio británico en 1948.