Los autores del trabajo explican cómo la emisión de helio-3 desde el interior de La Caldera de Taburiente mostró ser de los primeros indicadores geoquímicos que reflejaban cambios en la actividad magmática bajo la isla
El Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) calcula que el ascenso del magma desde fuentes profundas del manto bajo la isla de La Palma y que acabó desembocando en la erupción en Cumbre Vieja comenzó entre 2008 y 2013.
Posteriormente, en 2020, hubo «otros aportes importantes» de magma, sostienen varios investigadores del Involcan en un artículo publicado en Geophysical Research Letters, una de las principales revistas científicas internacionales de la Sociedad Geofísica Americana.
Los autores de este trabajo son Eleazar Padrón, Nemesio Pérez, Pedro Hernández, Hirochika Sumino, Gladys Melián, Mar Alonso, Fátima Rodríguez, María Asensio-Ramos y Luca D’Auria.
Primeros indicadores
Estos explican cómo la emisión de helio-3, liberado desde las profundidades del manto terrestre y presente en los gases burbujeantes de un manantial mineral frío rico en CO2, en el interior de La Caldera de Taburiente, mostraron ser los primeros indicadores geoquímicos que reflejaban cambios en la actividad magmática bajo la isla.
Estos indicadores, sostienen los investigadores de Involcan, pueden considerarse como señales precursoras de la erupción de Cumbre Vieja de 2021.
Mientras, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha publicado un nuevo hilo en redes sociales en el que recuerda que justo hace un año se detectaron los primeros indicios de deformación en la superficie de La Palma, a través de un inclinómetro situado al este de la intrusión magmática.
Este inclinómetro registró unos 2.5 microradianes de inclinación.
El IGN explica que este instrumento mide la inclinación del terreno en dos ejes norte-sur y este-oeste.
Muchos se basan en un principio similar a un nivel de burbuja: Cuando el terreno se inclina la burbuja cambia de posición y se miden estos cambios.
Los inclinómetros empleados en la vigilancia volcánica tienen una precisión mayor que un microradián, que sería equivalente a medir la inclinación de una línea de un kilómetro de longitud que se levantase un milímetro en un extremo.
Estos instrumentos, abunda el IGN, son muy sensibles a los cambios de temperatura y humedad y se deben situar en lugares muy aislados como cuevas o galerías.
El 13 de septiembre de 2021 la sismicidad seguía siendo intensa, aunque decayó algo a lo largo del día, y se empezó a observar un ascenso de los terremotos situándose a 8 kilómetros de profundidad.