La versión oficial aseguraba que los manifestantes de Juliaca habrían muerto por arrojamiento de piedras o armas punzocortantes
Los 17 civiles de Perú que perdieron la vida durante los enfrentamientos contra las fuerzas de seguridad el pasado 9 de enero en el sureste del país, en Juliaca, habrían muerto a consecuencia de las heridas ocasionadas por proyectiles de armas de fuego.
Así lo ha confirmado en declaraciones a los medios el coordinador de las fiscalías de Perú contra el crimen organizado, Jorge Chávez Cotrina. Detallando que se han abierto investigaciones por homicidio calificado y lesiones graves, ha recogido ‘La República’.
Estos hechos desmentirían la versión oficial dada hasta ahora con la que se aseguraba que los manifestantes habrían muerto a causa del arrojamiento de piedras o por heridas causadas con armas punzocortantes.
Asimismo, se descartaría que la investigación fiscal se haya abierto por crimen organizado. «Eso es falso. La investigación preliminar por 60 días está tipificada por homicidio calificado y lesiones graves«, ha especificado Chávez Cotrina.
El Defensor del Pueblo peruano confirmó el lunes el balance de 17 víctimas mortales, que incluyen a un menor de edad, tras enfrentamientos en las inmediaciones del aeropuerto de Juliaca, en el departamento de Puno.
Con los últimos fallecidos, son ya al menos 45 las personas que han perdido la vida desde que estallaron las movilizaciones por el cese del presidente Pedro Castillo, que fue apartado por el Congreso tras intentar arrogarse más poderes con vistas a conformar un gobierno de excepción.
Tras estos incidentes, el primer ministro de Perú, Alberto Otárola, anunció el martes un toque de queda de tres días en el departamento de Puno.