Se trata de un San Antonio de Padua con el Niño que actualmente forma parte de la exposición ‘De Pourbus a Estévez’, que podrá visitarse próximamente en San Cristóbal de La Laguna
Un estudio de los investigadores Pablo F. Amador y Lorenzo de la Sierra Fernández que saldrá a la luz próximamente propone una nueva atribución a la escultora Luisa Ignacia Roldán, conocida como ‘La Roldana’. Se trata de un San Antonio de Padua con el Niño que actualmente forma parte de la exposición ‘De Pourbus a Estévez’, que podrá visitarse próximamente en San Cristóbal de La Laguna.
La Roldana es un autora exquisita hasta en el más mínimo detalle, desde las formas hasta las expresiones de las caras. Su trabajo, siempre de temática religiosa, llamó la atención de las clases pudientes de la época e, incluso, de la corte de Carlos II.
Escultora de Cámara
A la muerte de este, y con la llegada al trono de Felipe V, fue admitida como escultora de Cámara aunque apenas cobraba por su trabajo. La situación económica de su familia fue empeorando hasta su muerte, a los 54 años, prácticamente en la pobreza.
Varios investigadores han estudiado su legado, con piezas repartidas por el mundo. De hecho, la adquisición de una obra suya hace unos años por la National Gallery de Washington despertó la atención por esta otra escultura de la ermita de Nuestra Señora de Gracia, en El Sauzal, en Tenerife.
De confirmarse, el catálogo de obras de arte presentes en las islas sumaría una firma insigne más. El de una creadora que a pesar de su época, y gracias a su destreza en el arte, tuvo acceso a instituciones patriarcales como la eclesiástica y la monárquica, tradicionalmente prohibidas en lo laboral a las mujeres.