Justicia incorpora tres perros de apoyo a menores al Juzgado de Violencia contra la Infancia de Las Palmas
La Consejería de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad ha incorporado tres perros de apoyo a menores al Juzgado de Violencia contra la Infancia y la Adolescencia de Las Palmas de Gran Canaria. El propósito de esta iniciativa es aminorar los efectos negativos que se producen en el menor, tanto durante el procedimiento penal como una vez finalizada su participación en el proceso, mediante la figura de estos animales en sede judicial y la puesta a su disposición de terapias con animales en el ámbito de la justicia restaurativa.
Para ello, la viceconsejera de Justicia del Gobierno de Canarias, Carla Vallejo, ha adjudicado al Colegio de Veterinarios de Las Palmas el servicio de asistencia técnica para el desarrollo del proyecto denominado “Programa de perros de apoyo a menores en procesos judiciales y terapias con animales”, en el marco de los proyectos del Pacto de Estado contra la violencia de Género, por un importe de 12.305 euros.
Este servicio consiste, por un lado, en facilitar la participación y el testimonio de los y las menores en el proceso a través de la presencia de un perro de apoyo, que los acompañe durante el mismo y, por otro, cubrir sus necesidades dentro de las exigencias de los procesos judiciales en los que se ven envueltos.
Proyecto piloto
A juicio de sus promotores, los y las menores que participan en una causa judicial pueden ofrecer una fuente inestimable de información. Si testifican desde un estado emocional apropiado –más relajado, favoreciendo el vínculo con los profesionales judiciales que se establece de manera natural y fluida–, gracias a la presencia del perro de apoyo, la labor de los peritos es más efectiva.
La presencia de los perros de apoyo mejora el bienestar percibido por los y las menores y sus familias en todas sus áreas. Se trata de una presencia tranquilizadora que ejerce como colchón emocional durante todo el proceso. Ayuda a que los juzgados sean percibidos, tanto por los y las menores como por su entorno, como un ambiente más amable.
El proyecto piloto ejecutado por la Asociación Terapican, bajo las directrices del Colegio de Veterinarios, no sólo ofrece la posibilidad de acompañamiento a través de perros de apoyo de los menores dentro de los juzgados, sino también posteriormente, tras la finalización del proceso, la participación del menor en terapias con animales con el fin de minorar los efectos negativos de su participación en un procedimiento penal.
Según la viceconsejera de Justicia, se trata de un proyecto piloto de la Consejería. Está realizado en colaboración con el Colegio Oficial de Veterinarios de Las Palmas y el Juzgado de Violencia contra la Infancia y la Adolescencia de Las Palmas de Gran Canaria. Su objetivo, en primer lugar, es realizar un diagnóstico y elaborar una guía de recursos de terapia con animales que puedan ser adecuados para intervenir con los menores y que cuenten con el aval del Colegio de Veterinarios.
Perros de terapia
Está previsto que durante el año 2023 se elaboren guías, protocolos y material formativo, dirigido a los órganos jurisdiccionales y fiscales con el fin de que las víctimas y sus hijos e hijas, que por cualquier causa deban intervenir en el proceso judicial, cuenten con información adecuada a los sistemas de atención y recursos.
También se pondrá en práctica el proyecto piloto de perros de terapia que intervendrán en el propio juzgado, siempre acompañados por técnicos especializados y cuando lo estime conveniente el órgano judicial.
Estos días los perros han acudido por primera vez al juzgado al llamado “día de olor” para conocer las instalaciones. Se llaman Lucas (el chihuahua), Leo (el labrador) y Lúa (la podenca). Se trata de animales especialmente entrenados para programas de terapias con menores o personas en situación de vulnerabilidad a través del servicio que presta la asociación Terapican.
Para Carla Vallejo, lo que se pretende con esta medida es seguir profundizando en un mejor trato a la infancia, que redunda a la vez tanto en la calidad del testimonio que deben prestar en sede judicial, como en la minimización del estrés y ansiedad que puede ir asociado a la intervención en un proceso judicial.