Cruz Roja presta servicios de atención psicológica a más de 200 personas que han sufrido el duro golpe emocional provocado por el incendio
En menos de dos años, la población palmera acumula dos grandes episodios de angustia: la erupción volcánica, en septiembre de 2021, y ahora el incendio forestal. En estos momentos, más de 200 personas reciben atención psicológica de Cruz Roja.
Un fuego terrible que corre por los límites de las viviendas y que llega justo cuando algunos comenzaban a levantar cabeza. La población de la zona sufre ‘estrés emocional‘.
El incendio, que se extendió rápidamente, ha provocado en cuestión de pocas horas el desalojo de más de 4.000 vecinos. Sobre el episodio que ocurrió hace un año y medio, el psicólogo y vicepresidente de Cruz Roja, Domingo Luis Martín, afirma que «el volcán dejó muchas secuelas: el ruido permanente de la zona,el temor, y la caída de ceniza».
Cruz Roja se encarga de ofrecer la atención psicológica para todos aquellos que lo necesiten. «Inicialmente, dejamos que se suelten, que sepan que estamos ahí, y que tienen los recursos para poder hablar», apunta Luis Martín. A través de un seguimiento continuo, los profesionales valoran el estado de salud de los afectados y ayudan a sobrellevar este duro golpe.
Los profesionales comprueban constantemente el estado de salud de las personas afectadas. Si consideran que necesitan ayuda, en seguida se les presta. Cansados y resignados, pero con mucha valentía, los vecinos y vecinas de La Palma afrontan un nuevo bache en el camino.
Ayuda voluntaria
Por otro lado, también ha sido importante la labor de la ONG GOSER. Junto con otras asociaciones, ha estado desde el inicio del incendio colaborando en la evacuación de la población y animales.
También se han encargado de llevar avituallamiento a los bomberos forestales durante sus operativos. Un trabajo de suma necesidad, y a veces invisible, en situaciones de emergencia.
Los animales de granja y los domésticos permanecen, custodiados desde que comenzó la propagación de las llamas.