Es la propuesta que ha hecho en Buenos Días Canarias el psicólogo forense y ex delegado del gobierno contra la violencia de género, Miguel Lorente, ante el habitual incremento de casos en verano
El que fuera Delegado del Gobierno contra la Violencia de Género, ha defendido la necesidad de invertir más esfuerzos en campañas de prevención, concienciación y sensibilización de cara al verano, cuando se incrementa el riesgo de que las mujeres sufran violencia de género. Ha puesto como ejemplo las campañas que en verano realiza la DGT, ante el incremento de desplazamientos en esta época. No es la única propuesta que ha hecho Lorente para dar respuesta al incremento de asesinatos de mujeres en meses como el de julio, un aumento que motivaba esta semana una nueva reunión del Comité de Crisis convocado por el Ministerio de Igualdad; en su opinión, habría que incidir también en adaptar la valoración del riesgo en VIOGEN que se hace a las víctimas.
Lorente se ha referido a ese incremento de casos habitual en verano o en otros periodos vacacionales como la Navidad. Ha explicado que, además del machismo como factor estructural, detrás de la violencia de género hay otros factores estacionales que coinciden en esta época. Lo habitual es que «cuando se modifican las dinámicas de la rutina de la convivencia, surjan más conflictos y hay mujeres que deciden poner fin a la relación». En su opinión, «los agresores asesinan a las mujeres cuando conviven porque piensan que las van a perder y cuando las pierden, lo hacen porque creen que no las van a recuperar».
Las edades de las víctimas fluctúan
Para Lorente no es especialmente significativo el hecho de que en este último comité de crisis se haya hablado del hecho de que buena parte de las víctimas han sido veinteañeras. Ha recordado que en otros comités anteriores, se puso el acento en las mujeres octogenarias. En su opinión, más allá de eso «hay que mejorar la detección para llegar a todas las mujeres, incluidas aquellas que no denuncian».
El negacionismo
Miguel Lorente también se ha referido al creciente negacionismo de la violencia de género entre los hombres, especialmente los más jóvenes. Asegura que «si no ponemos el énfasis en la conciencia sobre la violencia de género, se ocupará esa conciencia con mensajes que la distorsionan». Ha recordado que la violencia de género no «es consecuencia de la globalización, sino algo estructural y que ha crecido a lo largo de toda la historia, apoyada en mitos que son asumidos incluso por las víctimas». Ha puesto como ejemplo que a lo largo de su trayectoria profesional ha llegado a escuchar a víctimas decir una frase que siempre le ha impactado «mi marido me pega lo normal» y que es terrible pensar que hasta las propias mujeres han cuestionado que lo que viven es violencia.