Algunos crustáceos han visto dañada su capacidad para construir sus caparazones al aumentar la acidificación del agua en un 30%
La Plataforma Oceánica de Canarias y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) sumergen un sistema de monitoreo a 60 millas de las Islas que detectará las partículas de dióxido de carbono presentes en el mar. El nivel de acidificación del agua ha aumentado un 30%. Una situación que está influyendo en la calidad del caparazón de los crustáceos que viven en el fondo del mar.
No obstante, los datos que se conocen actualmente hacen pensar que algunas especies de crustáceos podrían desaparecer o migrar, en el mejor de los casos.
Según Melchor González, catedrático de Química Marina de la ULPGC, «las condiciones de carbonización de los organismos se pueden ver afectadas. Al bajar el PH, se produce menos y los organismos tendrán que utilizar mucha más energía para construir sus caparazones».
Anualmente se interpretarán las muestras recogidas por este sistema para valorar su evolución.