El nivel de los pólenes en Canarias será muy leve: con 300 granos/m3 en Tenerife y Las Palmas. Los pólenes más frecuentes son la artemisa y las gramíneas
Según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) se prevé que con motivo de las temperaturas tan altas que se han registrado al inicio del año y la gran cantidad de precipitaciones que ha habido en el mes de febrero, el polen se mantenga más tiempo en el ambiente. Esto que puede provocar que los síntomas de la alergia sean más persistentes.
Adelanto del pico de polinización en la primavera para los alérgicos
En el primer trimestre del año se ha observado un comportamiento atípico de la polinización de las plantas cupresáceas, características de esta época. Las inusuales altas temperaturas vividas desde finales de enero han provocado un adelanto del pico de polinización. Sin embargo, para poder determinar la intensidad de la primavera de este año en las diferentes zonas geográficas, el Comité de Aerobiología Clínica de la SEAIC ha utilizado los datos de temperatura, precipitaciones y humedad suministrados por la Agencia Estatal de Meteorología junto con los datos históricos de pólenes de gramíneas de las diferentes estaciones de la Red de Captadores de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica y asesorados por el Área de Estadística e Investigación Operativa de la Universidad de Castilla La Mancha.
Las previsiones resultantes tras el análisis exhaustivo de los datos, indican que los índices de polen en las Islas Canarias serán bajos. “Se prevé una primavera muy leve en las Islas Canarias, con un nivel de pólenes de 300 granos/m3 en Tenerife y Las Palmas.”, explica el doctor Juan José Zapata, presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la SEAIC.
El cambio climático y la contaminación aumentan la incidencia de las enfermedades alérgicas
Más de un tercio de la población mundial pueda presentar alergia respiratoria en unas décadas, constituyendo los pólenes una de las sensibilizaciones más relevantes.
El cambio climático afecta en el momento, la dispersión, la cantidad y la calidad de los alérgenos, así como en la distribución y en la gravedad de las enfermedades alérgicas. El aumento de las temperaturas y la falta de precipitaciones se han posicionado como factores determinantes en el momento y la forma de polinización de las plantas, influyendo así en la sintomatología de los pacientes alérgicos.
Por su parte, la contaminación también se ha consolidado como un factor con repercusiones determinantes en las enfermedades alérgicas al afectar al momento, dispersión, cantidad y calidad de los aeroalérgenos, y la distribución y gravedad de las enfermedades alérgicas. “Hemos observado un aumento de la sensibilidad a los alérgenos y un agravamiento de los síntomas de los pacientes alérgicos. Además, las partículas contaminantes pueden irritar la mucosa nasal, la piel y la conjuntiva ocular, de modo que los alérgenos penetren con mucha más facilidad”, señala la profesora Carmen Andreu, secretaria de la SEAIC.
El papel del alergólogo
En los últimos años se ha observado un cambio en el patrón del paciente alérgico hacia una mayor complejidad de los casos clínicos por una polisensibilización, es decir, una sensibilidad a distintos alérgenos. E
n este sentido, la medicina de precisión en Alergología ha cobrado una mayor importancia, pues ha permitido realizar una mejor fenotipificación de los pacientes, promoviendo tratamientos personalizados.