Los trabajadores afirman trabajar en una cocina con instalaciones obsoletas y que no cumplen con las mínimas condiciones de calidad
Trabajadores de la cocina del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria, en Tenerife, denuncia la situación «límite» en la que se encuentran las infraestructuras. Aseguran que el servicio no reúne las condiciones mínimas de calidad que debe ofrecer.
El personal califica a las instalaciones como “obsoletas” con más de tres décadas de antigüedad. Entre sus denuncias afirman que no se cuenta con separación de zonas para la elaboración de dietas alérgicas. Estas emplean maquinaria y utensilios exclusivos, lo que impide garantizar la seguridad y la salubridad de unas elaboraciones que están expuestas a sufrir una “contaminación cruzada”.
Los empleados han apuntado que, la salida de la comida para el Tórax coincide con la zona de entrada de mercancías y basura. Por lo que el almacenaje y manipulación no puede producirse en «las condiciones de aislamiento de focos de polución e infecciones«.
Control de higiene
Alegan, a su vez, que los transportes no se están realizando con el debido control, higiene y temperatura. Además, afirman que una de las puertas del almacén deja entrar, la suciedad del exterior.
La gerencia del centro desmiente dicha situación. Afirman que cuentan con certificados de calidad, un plan para cambiar la cocina y la compra de un tren de lavado. Además, descartan contaminación cruzada por alérgenos y defienden la limpieza.
Seguridad laboral
Los trabajadores han denunciado la “sobrecarga y peligro inminente” del aparataje y material de la propia cocina, en especial la zona de ollas y fregadero. El suelo de la cocina no cumple la normativa al no ser antideslizante, hecho que ha provocado innumerables accidentes de gravedad. Un riesgo, denuncian, para la integridad del personal.
Por su parte, la gerencia desmiente en rotundo las acusaciones. Desde la Gerencia afirman contar con certificados de calidad. Aseguran contar con un plan para cambiar la cocina y la compra de un nuevo tren de lavado. Además, descartan cualquier posible contaminación cruzada por alérgenos y defienden la limpieza.
La cocina del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria sirve los platos de cerca de mil pacientes cada día.