En el Archipiélago canario hay unos 400 emisarios submarinos y más de la mitad no están autorizados
Actualmente en Canarias existen dos playas cerradas al baño por contaminación fecal: El Confital, en Las Palmas de Gran Canaria, y Playa Jardín, en Puerto de la Cruz. Según un informe de «Ecologistas en Acción», en nuestro Archipiélago hay unos 400 emisarios submarinos y más de la mitad no están autorizados.
La contaminación del litoral canario no es una novedad y cada vez es más a menudo se cierran playas por la mala calidad de sus aguas.
La idea de que la basura que se tira se diluye en el inmenso mar es falsa. A través de las tuberías o emisarios submarinos se vierte el agua residual que hemos usado en casa, pero la ley obliga a que esté limpia y bien tratada puede usarse de abono.
Pero en la mayoría de los casos, no ocurre así, y se pueden observar en puntos de la costa canaria vertidos sin tratar adecuadamente que llegan al mar.
El mar devuelve a las playas lo que no es suyo. Los cierres los ordenan los ayuntamientos, pero es Sanidad quien emite los informes sobre los emisarios, que dependen a su vez de los consejos insulares de aguas.
Desde «Ecologistas en Acción» advierten también que los emisarios submarinos no son elementos inocuos capaces de hacer milagros sin causar ningún impacto. No solo afectan a la fauna y la flora, afectan también a las corrientes, a la temperatura del agua, la salinidad y los usos costeros, entre otros, sin olvidar también las consecuencias o efectos de su mantenimiento o rotura, o los daños producidos por episodios de fuertes lluvias.