Se han contabilizado hasta siete fallecidos en el que ya se considera como uno de los ataques de mayor escala en Ucrania
Al menos siete personas han muerto por el ataque a gran escala lanzado este lunes por las fuerzas rusas contra distintas regiones de Ucrania y que tuvo como principal objetivo las infraestructuras energéticas, según un balance de víctimas actualizado a última hora del día por el Servicio de Emergencias.
Este nuevo recuento incluye el fallecimiento en el hospital de dos de las personas que habían resultado heridas en un inicio. Además de los siete fallecidos del bando de Ucrania, las autoridades tienen constancia de 47 heridos, cuatro de ellos niños menores de diez años, mientras que se han registrado más de una veintena de incendios.
La ola de ataques, perpetrados con misiles y drones, se extendió por más de una decena de regiones. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha reconocido que ha sido uno de los mayores bombardeos combinados perpetrados por Rusia desde el inicio de la invasión en febrero de 2022 –-se habrían lanzado 127 misiles y 109 drones–.
Zelenski ha aprovechado lo ocurrido para volver a reclamar a los socios de Ucrania el permiso necesario para utilizar el armamento que reciben para atacar las posiciones rusas desde las que se lanzan este tipo de ataques y apunta que el presidente ruso, Vladimir Putin, «solo hará lo que el mundo le permita hacer».
«Cada uno de nuestros socios sabe qué decisiones se necesitan para poner fin a toda esta guerra, y para terminarla con justicia. No puede haber restricciones de largo alcance en Ucrania, cuando los terroristas no las tienen», ha dicho.
En ese sentido, Zelenski ha lamentado que las fuerzas ucranianas tenga restricciones armamentísticas, mientras sus homólogas rusas cuenta con apoyo de Corea del Norte. «Estados Unidos, Reino Unido, Francia tienen el poder de ayudarnos a detener el terrorismo. Se necesitan soluciones», ha reclamado.