Las escuelas de todo el mundo han estado cerradas durante una media de dos tercios de un año académico por la covid-19, según publica la Unesco este domingo, Día Internacional de la Educación, que recuerda que más de 800 millones de estudiantes siguen haciendo frente a importantes interrupciones.
El cierre completo a nivel nacional durante una media de 3,5 meses sube hasta los 5,5 meses si se tienen en cuenta los cierres de escuelas en zonas localizadas.
La duración varía mucho por región, con cinco meses de cierres completos en los países de América Latina y el Caribe, dos meses y medio en Europa, y sólo un mes en Oceanía.
Pero si se miran los cierres parciales y localizados, estos superaron los siete meses de media en América Latina y Caribe, frente a le media mundial de 5,5 meses.
El cierre total de escuelas en 31 países y la reducción de horarios en otros 48 afectan a 800 millones de estudiantes, más de la mitad de la población estudiantil, recuerda la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, que permite seguir los cierres en tiempo real en un mapa interactivo en su web.
A nivel nacional, tan solo las escuelas de Groenlandia, Islandia, Francia, Suiza, Croacia, Bielorrusia, Estonia, Burundi, Turkmenistán, Vietnam y Papúa Nueva Guinea se encuentran en estos momentos completamente abiertas.
La Unesco destaca el esfuerzo de los Gobiernos por reducir al mínimo los cierres a nivel nacional, que han pasado de 190 países en el peor momento de abril de 2020 a 30 en la actualidad, dando prioridad a cierres parciales y locales. Hoy en día las escuelas están totalmente abiertas en 101 países.
IMPACTO PSICOSOCIAL
«Los cierres prolongados y repetidos de los centros educativos están teniendo un coste psicosocial para los estudiantes, aumentando las pérdidas de aprendizaje y el riesgo de abandono escolar, lo que afecta de forma desproporcionada a los más vulnerables», declaró en la nota la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay.
Azoulay insistió en que el cierre total debe ser el último recurso y la reapertura de los centros en condiciones de seguridad, «una prioridad».
Además, los nuevos datos del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo apuntan que pocos países están haciendo un esfuerzo por responder a los problemas de equidad en la educación frente a la covid-19.
«Necesitamos un paquete de recuperación adecuadamente financiado para reabrir las escuelas de forma segura, dirigiéndonos a los más necesitados y volviendo a encarrilar la educación para la generación covid-19», añadió Azoulay.
Según la Unesco, hay una «escasa prioridad» en los esfuerzos de recuperación de la educación, sector que recibe sólo un 0,78 % de los paquetes de ayuda en todo el mundo, y estima que las ayudas al sector van a disminuir un 12 % por la pandemia.
La pandemia podría aumentar también el déficit de financiación de la educación en un tercio, hasta los 200.000 millones de dólares anuales en los países de ingresos bajos y medios, un 40 % del coste total.
El organismo ha pedido a los países que den prioridad en las campañas de vacunación a los 100 millones de docentes y educadores del mundo, y recuerda que los gobiernos se comprometieron en octubre a proteger los presupuestos de educación y garantizar la reapertura segura y progresiva de las escuelas.
En el marco del Día Internacional de la Educación, la Unesco ha recopilado unos 80 perfiles de países que detallan sus políticas y programas de financiación que han sido añadidos al Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo.